En su afán por llevar a la gran pantalla clásicos populares de la literatura, el estudio de Edison no podía olvidarse del célebre Cuento de Navidad de Charles Dickens. Se le pasó el encargo al eficiente director J. Searle Dawley, que quizá les sea familiar por haber adaptado otra célebre historia muy navideña y el resultado es una de las primeras versiones que se conocen de este relato.
Ya saben de qué va: el avaro Mr. Scrooge hace la vida imposible a los demás hasta que un fantasma se le aparece y le muestra una serie de visiones que hacen que el anciano cambie de comportamiento y se deje influir por el entrañable espíritu de la Navidad. A Christmas Carol (1910) posee el común defecto de muchas películas de la época: una puesta en escena todavía basada en la cámara fija y algo pobre de recursos vista hoy día. Por otro lado, siempre he creído que estas adaptaciones literarias funcionaban peor en esta clase de películas que las que se basaban en sencillos argumentos que no parten de referentes escritos. No obstante, aquí juega a su favor que la historia sea breve y no se hayan vistos obligados a resumirla de cualquier manera, y en general para los estándares de la época es una pieza bastante eficiente.
Con esta curiosidad navideña, el Doctor Caligari se despide de ustedes hasta enero. En su lista de buenos propósitos para el 2017 espero que incluyan ver más cine mudo, tarea para la cual este rincón de la web siempre les ofrecerá su inestimable ayuda.
Y, para terminar el año, ¡qué mejor que hacerlo en compañía del cine mudo! Estas fechas son muy propicias para ello. Sepa usted, Dr. Caligari, que en la Aldea de los Molinos de Agua estamos proyectando la narración de una libérrima sesión de cine primitivo basada en un cortometraje del italiano Capellani, reviviendo con ello y como por arte de magia, la figura del gran Maestro torulense Segundo Víctor Aurelio Chomón y Ruíz.
Si su edad aún le permite hacernos una visita antes de la llegada del gélido invierno, sepa que le espera una especial proyección silente de «cinco descansos»…
Sin más, reciba prósperos sueños de cine.
Lo acabo de ver, todo homenaje al cine mudo es bienvenido, y más si está hecho con tanto cariño.
¡Un saludo y que tengan un buen año nuevo en los molinos de agua!