El impactante desenlace de Djanki Guriashi (1928) de Aleksandre Tsutsunava

Hace poco mi ayudante Cesare me sorprendió llegando del videoclub con una película georgiana de la que nunca había oído hablar: Djanki Guriashi (1928) de Aleksandre Tsutsunava. Y lo curioso no es que la desconociese – hasta este Doctor tiene enormes lagunas en sus conocimientos de la era silente – sino que se trata de una gran epopeya que, aunque solo fuera por tamaño y pretensiones, uno pensaría que sería más tenida en cuenta. El filme nos narra a lo largo de tres horas (que no se hacen nada pesadas) el alzamiento que tuvo lugar en los años 40 del siglo XIX por parte de unos campesinos de la zona de Guria (Georgia) para rebelarse contra el cruel tratamiento que estaban sufriendo a manos de los delegados del zar en la zona.

Me imagino que la mayoría de ustedes, evidentemente familiarizados con la historia de Georgia, conocerán el final o, al menos, sabrán intuirlo. El alzamiento fue aplastado y no fue hasta el siglo XX cuando los dirigentes zaristas fueron derrocados en mitad de la Revolución Soviética. Este hecho permitió pues al director narrar un momento clave en la historia de su país al mismo tiempo que, de cara al régimen soviético, adscribía el filme dentro de las muchas obras de propaganda política de la época.

No voy a ofrecerles aquí una reseña completa de la película sino a resaltarles un par de escenas de su desenlace que me llamaron poderosamente la atención por su fuerza simbólica, y que espero que les animen a buscar el filme.

En primer lugar se nos muestra a todas las viudas y madres que han perdido a sus hijos vestidas de luto caminando en una larga y majestuosa procesión fúnebre. El plano de esas figuras vestidas de negro reflejadas en el río es especialmente evocadora, casi parecen más espíritus o fantasmas que se mueven inquietos por lo que han sufrido.

Seguidamente, en paralelo vemos la ostentosa celebración de los ganadores, que queda interrumpida por otra escena paralela en que se ve cómo se arroja los cadáveres a las fosas comunes. El detalle más estremecedor de todos tiene lugar cuando Tsutsunava alterna algunos planos de la fiesta con otros más breves de los cadáveres cayendo a la fosa, enfatizando así la diferencia entre los dos desenlaces que han sufrido cada uno de los dos bandos. Es un momento tan crudo que sigue impactando visto hoy día:

Encontrarán la escena mencionada arriba en el minuto 168:41

Pero un filme que tiene una obvia intención propagandística no podía acabar con un final tan desesperanzador, de modo que se nos ofrece un epílogo. En cierto momento de la fiesta, en mitad del jolgorio y las borracheras alguien proclama «¡Mientras el puente de Mtskheta siga en pie, su reino [el del príncipe zarista] no tendrá fin!». Y entonces sucede la sorpresa, porque lo que no han logrado los campesinos lo efectúa la naturaleza: se desata una enorme tormenta, un vendaval arruina la fiesta, las aguas se desbocan y el puente se derrumba.

Lo interesante de esto es que Tsutsunava no nos muestra un plano del puente viniéndose abajo, lo sobreentendemos por el montaje, y en su lugar nos ofrece algo mucho más interesante: combina en un mismo plano la marea de agua que lo engulle todo a su paso con otro de los asistentes a la fiesta asustados. Es una manera simbólicamente muy gráfica de dar a entender la idea de cómo la gran tormenta socialista arrasaría con el poder zarista. Y si eso además nos sirve para hacer algo tan del gusto del cine soviético como es alardear de sus maquinarias y construcciones insertando imágenes contemporáneas (eso es, de 1928) de la nueva y eficaz presa que se ha levantado para canalizar ese agua (¡con estatua de Lenin incluida!)… pues mejor que mejor, ¿verdad?

No es Djanki Guriashi una película vanguardista o con recursos de puesta en escena fuera de lo común (aunque sí muy bien realizada), pero siempre es un placer descubrir cómo hasta en el más insospechado filme mudo uno puede encontrarse a menudo detalles de puesta en escena tan ingeniosos como éstos:

Encontrarán la escena mencionada arriba en el minuto 174:34.

2 comentarios en “El impactante desenlace de Djanki Guriashi (1928) de Aleksandre Tsutsunava

  1. Hola Doctor,

    escalofriante final, ciertamente. Al menos he aprendido viéndolo que todas las (supongo que) mujeres zaristas son unicejas, así que a partir de ahora miraré con otros ojos al bebé archienemigo de Maggie.

    Ya en serio, no tengo tiempo ahora de ponerme a ver toda la película, pero esos planos de las figuras enlutadas además son bellísimos a pesar de su dureza.

    Un abrazo Doctor

    • Hola Manuel,

      En una escena de la película de hecho se ve cómo todas las mujeres se pintan la uniceja, tanto las campesinas como las de clase alta. De modo que si es un tema de su interés (aquí no juzgamos a nadie), tiene más motivos para verla. Es cierto que no es fácil sacar 3 horas libres, pero seguro que le parecerá interesante.

      Un abrazo.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.