Este post cierra una especie de trilogía de artículos dedicados al cineasta Guy Maddin que este Doctor ha publicado en otras páginas web durante estas semanas. Los otros artículos son:
- «Volviendo al pasado para explicar el presente: la «Me Trilogy» de Guy Maddin«, publicado en Transit Cine.
- «Propuesta para una posible película muda musical», texto sobre Dracula: Pages from a Virgin’s Diary (2002) publicado en el fanzine del Festival de Terror Molins.
Han sido varios los cineastas que en las últimas décadas han decidido recrear la estética y el lenguaje de la era muda, pero creo que nadie lo ha logrado de una forma tan fidedigna y brillante como el canadiense Guy Maddin, quien no solo ha capturado mejor que nadie la apariencia de los filmes mudos, sino que además ha ido más allá del logro estético y darles un sentido.
Maddin, un director que en la primera parte de su carrera se movía sobre todo en círculos experimentales, ya desde sus inicios mostraba un enorme interés por utilizar recursos del cine de décadas pasadas como forma expresiva propia. El punto de inflexión llegaría con su cortometraje The Heart of the World (2000), en que abrazó definitivamente la estética de película muda adoptando además un montaje frenético muy influenciado por las vanguardias soviéticas. Tras este gran logro seguiría ese camino con Dracula: Pages from a Virgin’s Diary (2002) y, justo después, con Cowards Bend the Knee (2003), el primero de una trilogía de películas abiertamente autobiográficas.