Esta es una reseña que empecé escribiendo para mi crónica de las Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2022, que fue donde descubrí la película, pero dado que me estaba quedando algo larga para un artículo en que se comentaban muchos otros filmes y que se trata de una obra que merece más reconocimiento, he decidido dedicarle un post aparte. Me permitiré empezar con el mismo párrafo que le dediqué en el post original de las Giornate del Cinema Muto.
Hay películas que desde sus primeras escenas te hacen darte cuenta de que nos encontramos ante algo especial y precioso. Luego, obviamente, no todas mantienen las expectativas y en su desarrollo acaban cayendo en algunos clichés o pierden ese tono que las hacía tan únicas. En tales casos, uno siempre piensa «Lástima, con lo bien que empezaba…» pero se queda con las buenas sensaciones del inicio. No obstante, hay otras que mantienen esa buena impresión a lo largo de todo el metraje, durante el cual uno está disfrutando de su contenido al mismo tiempo que teme que no se eche a perder la película. Just Around the Corner (1921) pertenece a ese segundo grupo. Es una de esas joyas ocultas que los cinéfilos fantaseamos con encontrar buceando en la era clásica y que, sí, van apareciendo, pero no siempre es fácil dar con ellas. También ha sido la gran sorpresa de esta edición del festival, ya que servidor no tenía especiales expectativas hacia ella.