Si Asta Nielsen merece un lugar destacado en la historia del cine es no solo por ser una de las primeras grandes actrices del medio sino también una de las primeras sex symbols. Su actuación en El Abismo (Afgrunden, 1910) de Urban Gad fue algo absolutamente inédito para el público de la época: de un naturalismo que contrastaba con las interpretaciones más exageradas propias de la época – ¡estamos hablando todavía de 1910! – y desbordante de erotismo. Es natural pues que a Nielsen y Urban Gad les llegara una jugosa oferta de Alemania para que continuaran allá su carrera. Y no menos natural que ellos aceptaran, ya que en dicho país tenian la oportunidad de trabajar en un estudio propio y con más recursos a su disposición.
Una de las primeras obras que ambos realizaron allá fue una atrevida producción que se escapaba de sus típicos papeles de femme fatale para tratar un tema bastante controvertido: Die Suffragette (1913). El movimiento sufragista, por entonces todavía batallando por sus derechos, fue todo un shock para la sociedad británica, que vio como muchas mujeres – tradicionalmente asociadas al papel de madres y pacíficas amas de casa – estaban dispuestas a rebelarse en serio para conseguir el derecho a voto. De las iniciales protestas y huelgas de hambre se pasó a actos más contundentes como pintadas en las paredes, destrucción de sitios públicos (siempre procurando evitar causar heridos) e incluso el uso de bombas.