Una de las muchas virtudes del cine silente es que nos permite llegar a rincones inesperados de la sociedad y los artistas de esa época, conocer celebridades o detalles famosos en su momento hoy virtualmente olvidados, ya sea un popular personaje de cómic llamado Foxy Grandpa, las danzas serpentinas… o un famoso ventrílocuo de la época. Hoy les presento a Francisco Sanz Baldoví, también conocido como Paco Sanz, un ventrílocuo célebre a nivel internacional que en aquellos años realizaba con éxito giras por toda España, Portugal y América. Según he podido averiguar, su capacidad para emular diferentes voces era sorprendente y en su momento de mayor celebridad su espectáculo llegaba a contar hasta con 28 muñecos
Como es lógico, a Sanz le tentaba la idea de utilizar el cine para promocionar su espectáculo, y quiso la providencia que una afonía que sufrió en 1917 le obligara a suspender temporalmente su actividad… pero al mismo tiempo le proporcionara la oportunidad perfecta para llevar adelante su proyecto de película, donde lógicamente la voz no haría falta – si se están preguntando qué sentido tiene una película muda sobre un ventrílocuo, les diré que el mismo que un programa de radio con un ventrílocuo, y ahí fue donde Edgar Bergen y su célebre muñeco Charlie McCarthy tuvieron un éxito arrollador en los años 30 y 40… yo tampoco lo entiendo, pero es así.