Especial décimo aniversario: las 100 películas mudas favoritas del Dr. Caligari

Continuando con la celebración del décimo aniversario que ya iniciamos la semana pasada, el Doctor Caligari ha decidido ofrecer a sus lectores otro post de índole más personal. Si hace tiempo para conmemorar su quinto aniversario este Doctor listó sus 50 películas mudas favoritas, tenía sentido pues para que para el décimo aniversario compartiera sus 100 películas mudas favoritas.

Dicho listado no es una mera ampliación del que creó hace 50 años, sino una actualización. Eso quiere decir que los 50 primeros filmes de la lista no son necesariamente los mismos ni en exactamente el mismo orden, ya que esta lista se ha elaborado de cero sin tomar la otra como referencia (lo cual no quita que no haya habido grandes cambios significativos entre ambas). A partir de esto, solo dos puntualizaciones:

  • Ésta es una lista de películas favoritas a nivel personal. No pretende ser un listado que represente las obras más importantes o representativas de la era muda, ni que abarque los principales cineastas, movimientos o tendencias de la época.
  • En este caso, a diferencia del anterior listado, no he puesto límite al número de películas que podía haber de un mismo director. Solo una condición: he incluido únicamente largometrajes (es decir, a partir de unos 40 minutos), ya que si incluía cortos se me complicaba demasiado la cosa. Eso ha implicado dejar fuera el cine de los primeros años, espero que sepan disculparme por ello.

Y sin más dilación aquí va la lista, espero que la disfruten y la encuentren entretenida.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2022 (IV)

Crédito: Valerio Greco

6 de octubre – El cóctel de Mabel

Hablando con algunos viejos conocidos del festival oí algunos quejas de que este año teníamos sobredosis de melodramas, y aunque ese género siempre ha estado muy presente en Pordenone es cierto que el ciclo Norma Talmadge está haciendo que haya una sensación de sobreabundancia. En el caso de The Sign on the Door (1921) al principio tuve esa impresión, aun cuando la dirección corría a cargo de un director tan eficiente como Herbert Brenon, clásico nombre respetadísimo en su época y hoy día olvidado por el paso del tiempo. Talmadge es una jovencita que se deja engañar por un bribón, quien intenta seducirla (esto es, violarla, pero dicho de forma más refinada) llevándola engañada a un local de mala muerte. Consigue escapar y años después está casada con un hombre adinerado que tiene una hija veinteañera de su anterior matrimonio. Aparece en escena de nuevo el seductor y, lo adivinaron, intenta hacerse con la hijastra de nuestra Norma.

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Hace 100 años: las mejores películas de 1922

Efectivamente, amigos lectores, aquí tenemos uno de los artículos que no pueden faltar cada año en su rincón silente favorito (esto es, espero, este humilde blog): el listado de las mejores películas que cumplen 100 años, es decir, los mejores filmes de 1922. Mientras a finales de año las revistas de cine nos desbordarán con listados que siguen esa aburrida actualidad no silente, el Doctor Caligari les propone en el ecuador de este 2022 una selección de las 15 mejores películas que recuerda haber visto en el ya lejano año 1922. Vamos a ello y recuerden que al final del post tienen los links de los listados elaborados aquí en los años anteriores.

No voy a detenerme demasiado en hacer un repaso sobre cómo estaba el panorama cinematográfico en 1922 porque a grandes rasgos sigue las líneas que ya comenté en el post dedicado a 1921. Alemania siguió imponiéndose como una de las cinematografías más importantes no ya de Europa sino del mundo, y es significativo cómo en un par de años ha pasado de tener una presencia testimonial en mis tops a acaparar los mejores puestos (y eso que he evitado repetir más de una película de un mismo director). En contraste, los países escandinavos van cediendo poco su hegemonía, si bien veremos que este año se estrenó uno de los filmes más célebres de su periodo mudo. Cabe decir no obstante que he dejado fuera algunas obras bastante interesantes de esos países como la dickensiana Grandes Esperanzas (Store forventninger, 1922) del danés A. W. Sandberg o la finlandesa Anna-Liisa (1922) de Teuvo Puro, que vi hace unos años en Pordenone.

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El Hermanito (The Kid Brother, 1927) de Ted Wilde

Ya desde uno de sus primeros largometrajes, El Mimado de la Abuelita (Grandma’s Boy, 1922) de Fred C. Newmeyer, Harold Lloyd había mostrado un nada disimulado interés por introducir elementos dramáticos en sus películas y, sobre todo, darle una psicología más compleja y humana a su personaje cómico para que no fuera un mero clown de slapstick. Si bien inicialmente llevó esas ambiciones demasiado lejos con una primera versión de El Mimado de la Abuelita puramente dramática que no funcionó en los pases previos, el montaje que acabó haciendo de dicho filme le mostró el camino a seguir: balancear entre comedia y drama, no renunciar al slapstick pero tampoco a dar más profundidad a su personaje. Desde entonces la carrera de Lloyd alternaría siempre entre un filme más ambicioso o profundo y otro más puramente escapista (no por ello peor acabado, de hecho algunos de éstos fueron sus mayores éxitos de taquilla). De entre las películas que se encuentran en el primer grupo – El Hombre Mosca (Safety Last! 1923), El Tenorio Tímido (Girl Shy, 1924) y El Estudiante Novato (The Freshman, 1925) – ninguna llevó tan lejos sus ambiciones como El Hermanito (The Kid Brother, 1927).

El origen de este proyecto está en la admiración que sentía Harold Lloyd hacia Tol’able David (1921) de Henry King, no en vano una de las películas más importantes del cine americano de las primeras décadas. Dicho filme supuso además la contribución más importante al género conocido como «americana», en el que Lloyd decidió situar su siguiente historia, que era una suerte de parodia no disimulada de la de King. Harold es el hijo menor del sheriff de un pequeño pueblecito que se siente discriminado, ya que su padre solo trata sus asuntos con sus dos hermanos, mucho más fuertes que él. La llegada de un espectáculo ambulante a la ciudad le permitirá conocer a Mary, una jovencita de la que se enamora y ante la que aparenta ser un tipo duro. La situación se complica cuando alguien roba de casa del sheriff el dinero recolectado para construir una presa y las sospechas recaen sobre el propio padre de Harold.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2021 (III)

Crédito: Photo 12/7 e Art/Vita-Film

Es una sensación curiosa estar en Pordenone y, por una vez, comprobar que tienes tiempo de sobras para todo. Que no tienes que empalmar película tras otra y, en ocasiones, tener que ingeniártelas para comer algo en cinco minutos si quieres asistir a alguna de las conferencias que tiene lugar al mediodía. Esta edición más light con menos proyecciones y mucho más tiempo libre tiene sin duda sus ventajas, pero uno echa de menos el Pordenone de siempre, con tantas películas y actividades entre las que escoger que uno no da abasto y acaba escribiendo sus crónicas como puede a altas horas de la madrugada. No garantizo que de aquí a un año no me esté retractando de estas palabras si tengo la doble suerte de poder volver a venir y de que el festival haya vuelto a su formato de antaño.

Lunes 4 de octubre – La vida es un carnaval

La sesión matinal de hoy ha tenido un carácter más bien juvenil. Empezamos con un curioso cortometraje alemán, In den Dschulgeln Afrikas realizado entre 1921 y 1924 de la directora Ilka Schütze, que explica una pequeña historia con muñecos usando la técnica de stop motion. Un pequeño viaje a África que incluye enfrentamientos contra leones y caníbales hecho de forma algo rudimentaria pero con su encanto.

El cine mudo era un terreno muy apropiado para que ex-deportistas profesionales exhibieran sus dotes físicas. El hecho de no tener diálogo podía ocultar ciertas deficiencias de estos actores no profesionales a la hora de enunciar sus frases, y como en la época silente se llevaban mucho las acrobacias y proezas atléticas (sin ir más lejos ayer Doug nos hizo toda una exhibición) es natural que algunos deportistas probaran suerte en ese medio. Ya lo comprobamos en la edición del 2015 con el programa titulado «Strong Men» y este año lo veremos con el ciclo dedicado a Snowy Baker.

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Cómicos que Pasan (Exit Smiling, 1926) de Sam Taylor

Aunque hoy día su nombre no es tan conocido como merecería, en su momento Beatrice Lillie fue una de las más grandes actrices cómicas del mundo, con una larga y exitosa carrera en el mundo del teatro que abarcó desde los años 10 hasta los 60 en la que trabajó con autores como Noël Coward o André Charlot. Bautizada por más de un crítico como la mejor actriz cómica de la época, era de esperar que tarde o temprano el mundo del cine le hiciera alguna propuesta, como acabó sucediendo en forma de una película no muy recordada pero que merece nuestra atención: Exit Smiling (1926).

El filme en cuestión cumple perfectamente el cometido de servir como vehículo para mostrarnos las dotes cómicas de la protagonista pero, al mismo tiempo, evita ser una obra creada expresamente para su lucimiento – o, dicho en otras palabras, el guion se sostendría perfectamente por sí solo sin el aliciente de Beatrice Lillie. Irónicamente, la que era una de las mejores actrices de la época, encarna aquí a Violet, una pobre mujer encargada del guardarropa de una compañía teatral ambulante que en el fondo sueña con poder trabajar como actriz haciendo el papel de la femme fatale, una paradoja que seguro que el público de la época apreciaría. Un día el futuro de nuestra protagonista da un cambio cuando conoce a Jimmy Marsh, un joven que está huyendo tras haber sido falsamente acusado de un delito en el banco en que trabajaba. Ella se compadece de él y le consigue un papel en la obra que están interpretando, que acabará aterrizando en el pueblo del que él huía.

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Hace 100 años: las mejores películas de 1921

Siguiendo con toda una tradición de este rincón silente hemos decidido escoger una vez más para ustedes las mejores películas que cumplen un siglo con una selección de los 20 mejores filmes de 1921. Si han leído las anteriores entregas de este tipo de listados (abajo del todo tienen los links a ediciones pasadas) habrán notado que el número de películas escogidas ha ido aumentando a lo largo de los años. El motivo es que a medida que pasa el tiempo la cantidad de grandes filmes que se producían fue aumentando más y más, y como el propósito de estos listados es no solo ofrecer mi selección sino también reivindicar algunas obras olvidadas, he creído conveniente aumentar la lista a 20.

¿Qué nos ofrecía el universo cinematográfico en 1921? De entrada hay un aspecto cada vez más decisivo: Alemania, que había entrado con fuerza en nuestro top del 1920, se afianza definitivamente como una de las mayores potencias fílmicas del mundo tomando el relevo de los países escandinavos, que si bien aquí aún tienen mucho que ofrecer en unos pocos años pasarían a ocupar un papel más secundario al perder a sus principales exponentes. Aparte de los que hemos seleccionado, tenemos este año más filmes alemanes de interés como Corazones en Lucha de Fritz Lang o Die Geierwally de E.A. Dupont, hoy día un tanto olvidado pero en su momento un exitazo de taquilla que versaba sobre la historia de amor entre una chica de pueblo famosa por haber matado un buitre con sus manos y un muchacho que ha matado un oso… ¡ah, ya no se escriben historias como las de antes!

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Le (mini) Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2020 (III)

A medida que avanza el festival me he dado cuenta de un detalle que hace que estos visionados en el sofá de casa y con la sola compañía de mi ayudante Cesare se diferencien de alguno de los ciclos de cine mudo que a veces me hago por mi cuenta. No me refiero al resto de vídeos que el festival está compartiendo de Masterclasses, charlas después de la película y presentaciones de libros porque, ay, la falta de tiempo ha hecho que no haya podido ver ninguno (y eso que tenía muchas ganas, sobre todo de la presentación del libro Rediscovering Roscoe: The Films of “Fatty” Arbuckle de Steve Massa). No, la diferencia fundamental está en los acompañamientos musicales, porque si bien gracias a Dios hoy día las ediciones en DVD de películas mudas suelen cuidar más este aspecto, hay que decir que los acompañamientos que se hacen en Pordenone son de primer nivel, y que, lo crean o no, viendo estas películas a lo largo de la semana me han venido flashbacks de otras proyecciones de pasadas ediciones por la forma de interpretar la música.

Sirva este párrafo como reconocimiento a los excelentes músicos que contribuyen a hacer de Pordenone una experiencia de primer nivel y a los que, lo reconozco, no les dedico en mis reseñas la atención que merecen. Mea culpa! Dicho esto, pasemos a ver qué nos ha ofrecido el festival estos tres días.

6 de Octubre – Una giornata surrealista

Si el primer día del festival imperaba un cierto tono nostálgico por las dos proyecciones que coincidieron, no hay duda de que el martes fue el día dedicado al humor más estrafalario además proveniente de dos países que uno no suele asociar a ese tipo de películas. Ciertamente cuando uno piensa en cine mudo italiano lo que le viene a la cabeza son peplums y melodramas protagonizados por grandes divas, mientras que cuando uno piensa en cine mudo checo… bueno, a decir verdad, no creo que suela pensarse mucho en cine mudo checo, pero en todo caso el doble programa de hoy nos sirvió para demostrarnos que en ambos países se hacían también comedias muy divertidas.

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Películas desaparecidas: Humor Risk (1921) de Dick Smith y los hermanos Marx

¿Se imaginan cómo debería ser una película muda de los hermanos Marx? ¿Un filme en que la famosa verborrea de Groucho sólo pudiera leerse a través de engorrosos rótulos y en que no se podría escuchar el acento italiano de Chico o a Harpo tocando el arpa? Pues eso existió y se llamaba Humor Risk (1921), una película desaparecida desde hace décadas que se ha convertido en la curiosidad más buscada por los fanáticos de los hermanos Marx.

Aunque hoy día asociamos a los Marx con sus películas no conviene olvidar que antes de dar el salto al cine habían sido unos exitosos intérpretes de vodevil durante más de 20 años. Es cierto que el imaginario colectivo se ha quedado con sus películas por pura lógica, ya que es el material que ha perdurado con el paso del tiempo, pero no hay que infravalorar esa primera época sobre los escenarios, puesto que no solo desarrollaron ahí sus personajes y su peculiar sentido del humor, sino que de hecho tuvieron tanto éxito que llegaron a hacer algunos espectáculos en Broadway. Dada la popularidad cada vez mayor del cine y su capacidad para llegar a un público más amplio era de esperar que tarde o temprano los Marx se interesaran por ese nuevo medio, y decidieron hacer un primer intento a principios de los años 20, cuando ya se habían consolidado del todo como grupo cómico (aunque todavía no habían llegado a Broadway).

Por lo poco que sabemos de Humor Risk, tiene todos los números de ser una película más bien pobre. Pero gran parte de la fascinación que genera no es solo porque se haya perdido sino por lo poco que se sabe sobre ella y toda la información contradictoria al respecto que nos ha llegado a nuestros días. Porque así como de otras películas desaparecidas célebres tenemos información de sobras – véase Los Cuatro Diablos (1928) de Murnau o London After Midnight (1927) de Tod Browning – con Humor Risk es inevitable acabar jugando a los detectives, de modo que durante años los «marxianos» han estado especulando sobre todo tipo de dudas: ¿dónde se rodó? ¿Se llegó a completar? ¿Quién era la actriz protagonista? ¿Qué tipo de papeles hacían los hermanos? El hecho de que los Marx casi nunca hayan hablado del filme (solo tenemos algunas declaraciones puntuales de Groucho mientras que Harpo ni la menciona en su fantástica autobiografía) y que Groucho sea un mentiroso compulsivo solo complica las cosas. El Doctor Caligari mucho me temo que no tiene información privilegiada al respecto, pero intentará sintetizar toda la que hay intentando diferenciar los datos más o menos fiables con los que parecen mera especulación.

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Especial Harold Lloyd (V): El Pecado de Harold Diddlebock (The Sin of Harold Diddlebock, 1947) de Preston Sturges

Este post forma parte de un especial dedicado a Harold Lloyd que incluye los siguientes artículos:


Pese a que la filmografía de Sturges como director es tristemente breve, difícilmente se le puede negar el mérito de ser uno de los más grandes cineastas de comedia de la historia. Comenzó su carrera en el cine en los años 30 como guionista, y posteriormente consiguió gracias a su tenacidad algo hasta entonces inaudito: que permitieran a un guionista dirigir sus propias historias, un camino que luego imitarían otros compañeros como Billy Wilder o John Huston. A raíz del enorme éxito de su debut El Gran McGinty (1940) Sturges realizó para la Paramount una serie de comedias escritas por él mismo que se encuentran entre lo mejor del género. El público le adoraba y la crítica aplaudía su sentido del humor tan brillante, pero en la Paramount no se veía con buenos ojos que alguien tuviera tanta libertad creativa sin tener que responder a sus superiores. Harto de tener que demostrar continuamente su valía, Sturges decidió a mediados de la década romper su relación con el estudio y buscarse la vida de forma independiente. En realidad contra todo pronóstico ahí acabó la mejor etapa de su carrera.

Para lanzarse como independiente Sturges tomó la desafortunada decisión de asociarse con alguien tan inestable como el multimillonario Howard Hughes, en cuya vida no entraremos porque daría para un post (o incluso un blog) aparte. Hughes le dio absoluta libertad artística para su próximo proyecto, y curiosamente lo primero en lo que pensó Sturges fue en rescatar del olvido al pionero D.W. Griffith para producirle una película. Como ven, Sturges compartía nuestra devoción hacia el cine mudo, y aunque inicialmente Griffith se sintió muy halagado por la idea, al final el proyecto quedó en nada puesto que el anciano director estaba muy débil de salud y llevaba más de 15 años sin hacer películas. Una vez descartada esta opción, Sturges pensó en otro proyecto que también buscaba rescatar otra gran figura del pasado, en este caso Harold Lloyd.

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