Especial décimo aniversario: las 100 películas mudas favoritas del Dr. Caligari

Continuando con la celebración del décimo aniversario que ya iniciamos la semana pasada, el Doctor Caligari ha decidido ofrecer a sus lectores otro post de índole más personal. Si hace tiempo para conmemorar su quinto aniversario este Doctor listó sus 50 películas mudas favoritas, tenía sentido pues para que para el décimo aniversario compartiera sus 100 películas mudas favoritas.

Dicho listado no es una mera ampliación del que creó hace 50 años, sino una actualización. Eso quiere decir que los 50 primeros filmes de la lista no son necesariamente los mismos ni en exactamente el mismo orden, ya que esta lista se ha elaborado de cero sin tomar la otra como referencia (lo cual no quita que no haya habido grandes cambios significativos entre ambas). A partir de esto, solo dos puntualizaciones:

  • Ésta es una lista de películas favoritas a nivel personal. No pretende ser un listado que represente las obras más importantes o representativas de la era muda, ni que abarque los principales cineastas, movimientos o tendencias de la época.
  • En este caso, a diferencia del anterior listado, no he puesto límite al número de películas que podía haber de un mismo director. Solo una condición: he incluido únicamente largometrajes (es decir, a partir de unos 40 minutos), ya que si incluía cortos se me complicaba demasiado la cosa. Eso ha implicado dejar fuera el cine de los primeros años, espero que sepan disculparme por ello.

Y sin más dilación aquí va la lista, espero que la disfruten y la encuentren entretenida.

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The Dancing Girl of Izu (Koi no hana saku Izu no odoriko, 1933) de Heinosuke Gosho

Dancing girl of Izu (2)

La única película que he podido ver hasta ahora de la etapa muda de Heinosuke Gosho no solo es una de las más célebres de su carrera sino también una de las más interesantes del cine japonés mudo: The Dancing Girl of Izu (1933). Pero quizá, antes de entrar en detalles sobre esa obra, prefieran que les presente brevemente al señor Gosho.

Educado cinematográficamente como ayudante de dirección de Yasujiro Shimazu, Gosho se hizo famoso en la industria japonesa de la época principalmente por dos motivos: primero por la enorme influencia que exhibía en sus films del cine occidental (por ejemplo se comentaba a menudo que en sus obras había más cortes de lo normal según los estándares japoneses de la época), y en segundo lugar por haber dirigido  la primera película completamente sonora de la historia del cine japonés, The Neighbor’s Wife and Mine (1931). En realidad, el cine sonoro tardaría bastantes años en implantarse en el país, pero esa proeza le aseguró un lugar destacado en la industria.

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