Laveuses sur la Rivière (1897) de Louis Lumière

Cuando uno revisiona las películas de los hermanos Lumière desde nuestra perspectiva actual es fácil e incluso algo inevitable hacerlo con algo de condescendencia, casi como si fueran más fotografías que películas al ser básicamente planos generales estáticos. Pero, cosa curiosa, décadas después surgiría una tendencia en el cine moderno a realizar películas compuestas principalmente por planos generales estáticos en que todo el trabajo de puesta en escena está focalizado en la composición del plano y la organización de lo que sucede en su interior, algo que abarca nombres tan diversos como el armenio Sergei Parajanov de El Color de la Granada (Sayat Nova, 1969) en adelante o el sueco Roy Andersson en los filmes que realizó en el siglo XXI.

Este extraño desvío viene a cuento de reivindicar el trabajo de los Lumière como algo con valor realmente cinematográfico, más allá de su cualidad de pioneros, ya que no es tan fácil como podría parecer lograr el encuadre perfecto. Y pocos ejemplos más claros encontrarán de ello que esta obra maestra de los orígenes del cine: Laveuses sur la Rivière (1897).

En teoría no es más que un plano de unas lavanderas limpiando la ropa, pero fíjense en la exactitud de la composición para captar hasta cuatro niveles diferentes: abajo del todo, el reflejo de las lavanderas (un detalle irrelevante narrativamente pero que los Lumière consideraron suficientemente importante como para asegurarse de que entraba en el plano); encima, las lavanderas, que en circunstancias normales serían el único foco de atención; por encima de ellos, unos hombres mirando curiosos a cámara; arriba del todo, la carretera con algunos vehículos de caballos pasando. Hasta cuatro niveles diferentes y tres lugares con acciones sucediendo a la vez. No está nada mal para un filme «primitivo», ¿verdad?

2 comentarios en “Laveuses sur la Rivière (1897) de Louis Lumière

  1. No sé quien dijo «de vez en cuando hay que parar las máquinas para volver a los Lumière y, a partir de ellos, volver a tomar carrerilla para empezar de nuevo». Creo que fui yo. Bueno, creo que soy yo, hoy 😀

    La verdad es que adoro esta peliculita. Contiene tanta sabiduría como una tablilla oriental de esas. Y ellos a lo suyo, con sus lavanderas y tal. Feliz colada, Dr.

    • Pues si fue usted, ¡muy bien dicho que está! La película es preciosa en su sencillez, una vuelta a los orígenes siempre viene bien.

      Un saludo desde mi hermosa lavandería.

Replica a florencisalesas Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.