Love and Duty (Lian ai yu yi wu, 1931) de Bu Wancang

Hay películas que ya en sus primeras escenas te hacen sospechar que te encuentras ante algo especial. Obviamente no siempre se cumple esa suposición, y a veces sucede que uno queda maravillado por el inicio de un filme pero luego éste pierde su magia. No voy a negar que Love and Duty (Lian ai yu yi wu, 1931) no logra estar a la altura de su maravilloso inicio, pero aun así este magnífico melodrama ha sido uno de los mejores descubrimientos silentes que he hecho en estos meses.

El filme se inicia en Shanghai en un barrio de clase alta donde el joven estudiante Li Tsu Yi sale una mañana más tarde de lo habitual a clase y se cruza casualmente con su vecina de enfrente, una chica de la que se queda prendado llamada Yang Nei Fang. Demasiado tímido para dirigirle la palabra, Tsu Yi coge la costumbre de llegar tarde al instituto solo para coincidir a la misma hora en que Nei Fang sale de su casa. En estas escenas iniciales el director Bu Wancang nos regala los mejores planos del filme, con unos travellings de seguimiento a esos dos personajes que nos permiten ver el juego que se traen entre manos: él duda entre disimular que la sigue cada día y hacer evidente su presencia para darse a conocer, ella finge no verle pero con el tiempo acaba lanzándole miradas cómplices hasta que a raíz de un accidente acaban entablando conversación.

La pareja protagonista en cuestión eran dos actores muy populares como Jin Yan en el caso de él y la extraordinaria Ruan Lingyu en el caso de ella. Sobre Lingyu hemos hablado aquí largo y tendido, fue seguramente la gran estrella de la era muda china y su trágica muerte por suicidio la convirtió en una leyenda (estos aspectos sobre la vida de Lingyu los trato más a fondo en mi reseña de Nuevas Mujeres (Xin nü xing, 1935) de Cai Chusheng). Éste fue el filme que lanzó a la jovencísima actriz al estrellato y no es de extrañar. Ya en esa escena inicial conquista por completo la cámara transmitiendo un encanto y una inocencia irresistibles. Pero como veremos, la película va más allá de estas imágenes bucólicas de juventud y le permite lucirse a la actriz con un auténtico tour de force interpretativo.

Porque, volviendo a la historia, aunque los dos están enamorados, el padre de Nei Fang la obliga a casarse con un hombre escogido por él a causa de su enorme fortuna, Huang Ta Jen. Pasan los años y una infeliz Nei Fang está atrapada en un matrimonio de mentiras, en que él busca el cariño en una amante que no recibe de su esposa  y ella se consuela entregándose a sus dos hijos pequeños. Un día sorpresivamente Tsu Yi se cruza en su vida de nuevo y deciden fugarse juntos aunque eso implica dejar atrás los dos hijos de Nei Fang. Pero la mala suerte les persigue y Tsu Yi acaba falleciendo, dejando a su amada en una situación económica miserable y con una nueva hija a su cargo. Tras contemplar el suicidio, Nei Fang decide seguir adelante a costa de sacrificios por el bien de su hija. El tiempo pasa, ella envejece prematuramente, y su hija se ha convertido en una adolescente. Y entonces un día el destino le depara una nueva sorpresa, ya que por casualidad se topará de nuevo con sus dos primeros hijos, que no la reconocerán al tomarla por muerta.

Como ya habrán deducido por la descripción del argumento, Love and Duty es un auténtico dramón muy del gusto del público chino de la época, con la clásica imagen de la heroína dispuesta a autosacrificarse y sufrir todo tipo de penalidades que hoy día nos resulta un tanto excesiva. Aunque se trata de una película bastante larga (dos horas y media) personalmente no se me hizo pesada e incluso aprecié el valor extra que le da su duración, ya que nos hace vivir junto a su protagonista el paso del tiempo y las diferentes etapas por las que vive (desde su matrimonio infeliz pero acomodado hasta la miseria compartida con el hombre que ama), así como la manera que tiene el destino de volver a unir dichas etapas entre si: el mayordomo malicioso que es la causa de sus penurias en dos momentos diferentes de su vida o el momento en que se reencuentra por puro accidente con sus dos primeros hijos, pero estando ella en una situación radicalmente distinta, que le hace ver cómo habría sido su vida de haber seguido con su primer marido.

En ese sentido debe insistirse una vez más en la descomunal interpretación de Ruan Lingyu, que ofrece aquí si no el mejor papel de su carrera como mínimo el más completo, abarcando desde la juventud de Yang Nei hasta su madurez. De hecho cuando encarna a la Yang Nei más madura está tan bien caracterizada que al ver la película estaba convencido de que era otra actriz, me parecía imposible que fuera la misma Ruan Lingyu y no me lo he acabado de creer hasta que no lo corroboré por otras fuentes. No solo el maquillaje la hace irreconocible, sino que incluso su mirada tan característica, con ese brillo tan especial que se ve en todos sus papeles, parece diferente, por no hablar de la gestualidad de persona anciana.

Y si eso les parece poco, merece recordarse que Lingyu interpreta a un segundo personaje: su hija de su primer matrimonio cuando se ha convertido en una adolescente. En el único momento en que estos dos personajes interpretados por la misma actriz comparten pantalla (un efecto conseguido mediante un trucaje) se puede contraponer las diferentes interpretaciones que ofrece la actriz de cada uno, siendo además uno de los momentos dramáticamente más tensos de la película por suponer un reencuentro entre madre e hija tras muchos años sin verse. Debo reconocer que aunque siempre aprecié a Lingyu como actriz, jamás imaginé que en un momento tan temprano de su carrera sería capaz de hacer una interpretación de este calibre.

Su compañero de reparto es Jin Yan, un actor especialmente célebre por sus papeles románticos que aparece en algunas de las películas más importantes de esa primera edad de oro del cine chino. Aquí destaca entre otras cosas por una curiosa secuencia onírica en que, siendo aún un estudiante, se imagina convertido en un héroe que salva a Nei Fang de un enemigo. Por el tipo de escena y su interpretación tan encantadora me recuerda a ciertos rasgos prototípicos del personaje que solía encarnar Harold Lloyd en sus películas: un joven fantasioso, ilusionado y enamorado. Desafortunadamente lo que mostrará la película es cómo, a diferencia de lo que le sucede a Harold, esos dos jóvenes inocentes nunca lograrán ser del todo felices.

La película más que poner el énfasis en un antagonista que se ceba con los protagonistas no cuenta con ningún personaje abiertamente negativo salvo el malicioso mayordomo, que provoca la desgracia de los protagonistas en dos ocasiones. La idea que transmite es más bien cómo ambos personajes se ven condenados por el contexto social, que les ha obligado a verse separados por un matrimonio de compromiso y que no hará posible que puedan fructificar como pareja una vez ella se ha fugado. De hecho es curioso cómo aquí ya se intuyen algunas de las críticas a la China de esa época que luego se explorarían más a fondo y con más contundencia en Nuevas Mujeres, y que luego en la vida real arruinarían la vida de Lingyu, como el daño que hacen los rumores y cotilleos a la vida de la gente, así como el papel de la prensa al respecto.

Love and Duty fue dada por perdida durante décadas hasta que se encontró una copia en Uruguay a principios de los 90. Si bien hasta hace unos años la única versión que circulaba por la red constaba de apenas 38 minutos, ahora por fin podemos disfrutarla completa y bellamente restaurada. Se trata de otro de los filmes que nos confirman no solo lo grandísima actriz que era Ruan Lingyu y la carrera potencial que nos perdimos a causa de su suicidio, sino cómo la que se conoce como la primera edad de oro del cine chino tiene muchas joyas y sorpresas por ofrecernos.

4 comentarios en “Love and Duty (Lian ai yu yi wu, 1931) de Bu Wancang

  1. Muy buen momento,

    Tengo que volverla a ver, en esa versión tan completa que comenta. Realmente será como si no la hubiese visto. ¡Que gran actriz era esa mujer y que bien suelen estar el resto de intérpretes en sus películas! Gracias por el artículo*

    Florenci

    • Así es Florenci, cuando la vea completa y restaurada será como si la viera por primera vez. ¡Seguro que le gustará!

      Un saludo.

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