Películas desaparecidas: La Civilisation à travers les Âges (1908) de Georges Méliès

   Cuando hemos hablado en este rincón silente de filmes perdidos, habrán notado que casi nunca hemos tratado películas de los orígenes del cine. La realidad es que en esos primeros años hay tantas obras perdidas que uno no sabe ni por dónde empezar, pero hoy nos centraremos en una concreta que nos sirve para constatar que incluso en la llamada era primitiva hay potenciales joyas que no podemos más que lamentar que se hayan perdido seguramente para siempre.

En 1908 Georges Méliès se encontraba en un momento muy delicado de su carrera. El cine en aquellos años estaba cambiando a una velocidad de vértigo, y el que tan solo unos años atrás era uno de los cineastas más importantes del mundo, en ese momento corría el peligro de quedarse atrás respecto al camino que estaba emprendiendo el medio. No es que sus películas hubieran dejado de ser interesantes, sino que la tendencia general iba hacia otros caminos diferentes de sus filmes de trucajes y fantasmagorías. Sin irse muy lejos, ese mismo año su compatriota Albert Capellani estrenaba una adaptación de La Bella y la Bestia y su primera versión de L’Arlesienne (1908), mientras que en Estados Unidos debutaba un tal D.W. Griffith que enseguida supo aprovechar las posibilidades narrativas del medio. Pero el filme que Méliès tuvo en mente en ese momento era uno italiano: Los Últimos Días de Pompeya (Gli ultimi Giorni di Pompeii, 1908) de Arturo Ambrosio y Luigi Maggi.

Méliès se propuso pues hacer él también un ambicioso filme histórico, que tendría el título de La Civilisation à travers les Âges (1908). La película se contagiaba del espíritu pesimista que sobrevalaba en el ambiente en aquellos años, en que ya se intuía un posible conflicto a gran escala en Europa por los diferentes choques entre naciones (como hoy día sabemos, no se equivocaban en sus temores). A partir de aquí, Méliès se propuso hacer un repaso a la historia de la humanidad centrándose en todos los grandes conflictos que ha habido a lo largo de los siglos.

Su película se componía pues de 11 retablos que abarcaban las siguientes escenas: el asesinato de Caín a Abel como ilustración del primer conflicto violento de la historia de la humanidad, un segmento protagonizado por druidas, otro por Nerón, la persecución de los cristianos en la Antigua Roma, la exhibición de algunos castigos medievales, el Gibet de Montfaucon, las torturas en la Edad Media, el reinado de Luis XIII, los conflictos con los apaches parisinos y un cierre del que hablaremos en un momento. Como ven, todo muy edificante.

La película acababa con la Conferencia de La Haya de 1907, en que los diplomáticos subían a una tribuna en que se leía la palabra «Paz» y exhibían una pancarta que decía «Arbitraje, limitación del armamento, fraternidad». A esta exhibición de buena voluntad le seguía un aplauso pero al final todo desembocaba en una enorme pelea.

El plano final de la película hacía gala de un cinismo inusitado en Méliès, ya que se titulaba «Triunfo» pero lo que mostraba en realidad era al Ángel Exterminador posándose sobre un campo lleno de heridos y cadáveres, fruto sin duda de otro conflicto bélico.

De entrada hay que decir que no es la primera vez que Méliès trataba un tema serio en su cine. De hecho una de sus primeras películas era la también ambiciosa L’Affaire Dreyfus (1899) que denunciaba el proceso al que fue sometido el Capitán Dreyfus con un estilo totalmente realista y una clara voluntad de denuncia (además era un filme inusualmente largo para la época, al ser de más de 10 minutos). No obstante, eso no quita que este tipo de temática y de tono fueran inusuales en él, y en el caso de L’Affaire Dreyfus se podría argumentar que aún no había encontrado su estilo propio, mientras que en La Civilisation à travers les Âges estamos ante un cambio de registro totalmente buscado probablemente con la voluntad de alinearse con algunas de las grandes producciones del momento.

Algo que llama poderosamente la atención del filme, aparte de su magnitud, es el adelantarse unos cuantos años a un concepto muy similar al que emplearía Griffith en Intolerancia (Intolerance, 1916), aunque obviamente en ese caso se encontraría a un nivel mucho más sofisticado en cuanto a narrativa y montaje. Pero no obstante la idea es muy similar: mostrar un rasgo a denunciar del ser humano que se ha repetido a lo largo de toda su historia.

Pese a desmarcarse de su estilo, la película tuvo buena acogida en su momento y el propio Méliès la citó como una de sus obras de las que estaba más orgulloso. De hecho causó sensación en Rusia junto a La Vie du Christ (1906) de Alice Guy, dos epopeyas francesas de gran duración compuestas por varios retablos. Desafortunadamente hoy día solo se conservan fotogramas sueltos y, una vez más, hemos de quedarnos con la incógnita sobre qué tipo de filme sería.

Es en todo caso significativo que un cineasta al que normalmente asociamos a películas divertidas, exhuberantes e incluso con cierta euforia y «buenrollismo» contagioso, que a estas alturas se lanzara a un proyecto tan lúgubre y pesimista. Los tiempos estaban cambiando y no solo la situación política mundial era cada vez más preocupante sino que la edad de oro de Méliès llegaba a su fin, y éste debía estar intuyéndolo.

Bibliografía

Artificially Arranged Scenes: The Films of Georges Méliès de John Frazer

Marvellous Méliès de Paul Hammond.

Histoire générale du cinéma de George Sadoul

6 comentarios en “Películas desaparecidas: La Civilisation à travers les Âges (1908) de Georges Méliès

    • Sí, lo que nos demuestran estas viejas películas es que, efectivamente, la historia se repite y la humanidad no aprende.

      El bueno de Méliès siempre tendrá un espacio en este rincón silente.

      Un saludo.

  1. Muy interesante. Queda por ver si la proliferación actual del cine apocalíptico y distópico también trae consigo una profecía. Yo por si acaso estoy descargando como loco cine mudo… Que si nos pilla el fin de la civilización, tenga yo en mi disco duro con qué entretenerme mientras el sistema se derrumba. 😅

  2. A mí lo que más pánico me da de un apocalíptico apagón tecnológico es perder mi colección de películas descargadas. Si eso me funciona, podré sobrevivir con el fin de nuestra sociedad (hay que ser optimista).

    Un saludo.

  3. De todas las películas perdidas de Méliès, esta es la que más me gustaría ver resurgir. No solo porque es una excepción en su producción, sino también porque es la película de la que se sentía más orgulloso. Es comprensible que no tuviera éxito en su momento, ya que el nacionalismo estaba muy extendido en el mundo de preguerra y la gente no quería ver su propia hipocresía en los cines. Enhorabuena por tu texto, ya que destaca una joya creada por Méliès que, aunque perdida, merece ser recordada.

    • Muchas gracias Fawcett, creo que todos los fans de Méliès compartimos ese sentimiento. Nos daría otra visión del cineasta mucho más seria de la que se asocia a él, que si bien ya se manifiesta en otras obras que se conservan (sus filmes sobre el caso Dreyfus), aquí además parecía darle forma en una película muy ambiciosa para la época. Ay, ojalá algún día sucediera el milagro…

      Un saludo.

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