Le Moulin Maudit (1909) de Alfred Machin

Alfred Machin es uno de esos muchos nombres a rescatar de las primeras décadas del cine que hoy día, gracias a internet, están a nuestro alcance en un par de clics (¿recuerdan por ejemplo un caso similar, el de Franz Hofer que citamos por aquí hace unos meses?).

Nacido en Francia, Machin empezó su carrera como fotógrafo y saltó al cine filmando a animales salvajes, lo cual le dio una enorme fama por lo inéditas que resultaban esas imágenes para la época. Pero lo más interesante para nosotros es que Pathé le envió a Bélgica para abrir un nuevo mercado de producción, convirtiéndole por tanto en el gran impulsor de la industria cinematográfica belga. Solo por ese motivo Machin merecería nuestro reconocimiento, pero además su extensa carrera (concentrada únicamente en la era muda) le convierte en uno de los grandes cineastas de los años 10.

Su carrera, que se movería sobre todo entre Bélgica y los Países Bajos, es muy extensa como para tratarla de pasada. Dejemos de momento sus films más reconocidos como La Fille de Delft (1914) y Maudite Soit la Guerre (1914) – una de los primeros alegatos antibélicos de la historia del cine – y centrémonos en una de sus primeras obras, este remarcable cortometraje bautizado Le Moulin Maudit (1909). Es una de las muchas películas que Machin realizó en torno al tema de los molinos – un caso bastante obvio de adaptación al país en que estaba trabajando – que destaca por su bella fotografía, que aquí pueden apreciar con rastros de su coloreado inicial, y por el escabroso e impactante final en que se sirve del molino para fines más bien macabros.

Dedíquenle cinco minutos a este cortometraje y tengan en cuenta el nombre de Alfred Machin, del cual hay más obras por descubrir.

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2 comentarios en “Le Moulin Maudit (1909) de Alfred Machin

  1. Uno de mis cineastas primitivos preferidos. Sus películas son impactantes. De las 15 películas suyas que he visto, «Le moulin maudit» es mi favorita, por sus encuadres bellísimos y por su truculencia, junto a «De molens die juichen en weenen», otra de molinos. También es magnífica «Het vervloekte geld». Estas dos últimas, realizadas en los Países Bajos, cinematografía de la que Machin también es pionero. Ojalá aparezcan más obras suyas.

    Saludos.

    • Celebro saber que hay admiradores de Monsieur Machin, y no me extraña, porque una vez profundiza en sus obras realmente es innegable que era un cineasta interesantísimo. Eso sí, no he podido ver todavía nada de lo que hizo después de la I Guerra Mundial. Tengo curiosidad por averiguar qué tal se adaptó a esa nueva forma de hacer cine.

      Un saludo.

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