Georg af Klercker es uno de los pioneros más destacados del cine escandinavo al que hace tiempo que quería dedicar una entrada para salirnos de los nombres más típicos del cine sueco (los colosos Victor Sjöstrom y Mauritz Stiller). El film que he escogido, Ringvall på äventyr (1913), no es uno de los más vistosos, pero lo he considerado muy oportuno por la temática que toca.
Su protagonista es Axel, un turista obeso que viaja de vacaciones al campo. Unas campesinas se ríen de su penoso aspecto (no se pierdan el detalle de todos los cachivaches que lleva consigo) y le gastan una broma dejándole perdido en mitad de la montaña – los pueblerinos suecos tienen un sentido del humor un tanto peculiar. Finalmente, nuestro sufrido héroe llega a una pequeña casa de campo donde pide alojamiento y pasa la noche, pero le esperan nuevas sorpresas.
Estamos pues ante una simpática comedia donde destaca especialmente su actor protagonista, Axel Ringvall, y que pone de manifiesto los típicos enfrentamientos campo-ciudad, y la invasión de los cómicos turistas urbanitas incapaces de desenvolverse en un ambiente rural. Pueden verla entera aquí por cortesía de la filmoteca sueca, espero que les sirva de lección para sus vacaciones veraniegas.

Tras ver I lifvets vår (1912) reparé en que no había visto de Georg af Klercker sino este simpático corto. Elegí ver Nattliga toner ‘Tonos nocturnos’, que he visto titulada Visioni notturni en italiano, una película de 1918 de una hora de duración cuya sinopsis empezaba con un aspirante a poeta rico y sin talento contrastando con otro pobre, bohemio y genial. Y me dije que esta película podía ser interesante para conocer alguna obra de mayor envergadura de Klercker.
Y efectivamente es una película notable, sobre todo por la madurez de la caracterización de los personajes. En este sentido se trata de un film cuyo guion convence. La puesta en escena no me pareció excesivamente original, pero el tratamiento de la trama, el pulso narrativo y las buenas actuaciones conforman una obra que está a la altura del mejor cine de la época, salvando a sus colegas Sjöstrom y Stiller, que para mí están un escalón por encima, al menos a juzgar por esta película.
No sé si el Doctor, que ha visto en su vida mucho cine mudo, dada su edad, conocerá algún otro film sobresaliente de Klercker. Si así es, agradecería su recomendación.
Un cordial saludo de un músico hispano-napolitano del siglo XVIII, especialista en sonatas para clavicémbalo.
Hola Escarlati,
Klercker es efectivamente uno de los grandes pioneros suecos que ha quedado totalmente eclipsado por los dos que ya sabemos, y con motivo, porque son gigantescos, pero bien merece el amigo Klercker un reconocimiento, estoy de acuerdo.
Tengo varias obras suyas en mi filmoteca pendientes de ver pero de momento solo he visto esta y la que cita, que es la más célebre. A ver si le pongo remedio en estos meses invernales, especialmente apropiados para el cine escandinavo.
Un saludo y no deje que el cine lo aparte demasiado del clavicémbalo.
Gracias por su respuesta, Doctor.
¡Por suerte el clave es mi profesión, vivo de componer sonatas para la reina María Bárbara de Braganza! Pero en cuanto acaban mis ocupaciones laborales, mi ocio se dedica a este arte el futuro.
*del futuro.