Kansas Saloon Smashers (1901) y Why Mr. Nation Wants a Divorce (1901) de Edwin S. Porter

Antes de mostrarles los dos cortos que hemos seleccionado hoy, permitan que les presente a la persona que sirvió de inspiración para ambos: Carrie Nation.

Esta señora era uno de los miembros más famosos de la ligas antialcohol que tuvieron lugar en Estados Unidos en el siglo XIX y principios del XX. Ya saben, esa gente que tenía la excéntrica idea de que el alcohol era la causa de todos los males de la sociedad y que acabó consiguiendo que se implantara la famosa ley seca en los años 20. La señora Nation era una mujer de fuertes convicciones («soy un bulldog corriendo junto a los pies de Jesús y ladrando a todo aquello que a Él no le gusta») quien, al ver que sus charlas antialcohol así como increpaciones a dueños de bares no servían de nada, decidió pasar a la acción destrozando bares. Aunque la policía a menudo la arrestaba, ella seguía persistiendo en su cruzada antialcohol y pagaba las fianzas con lo que recaudaba en sus charlas.

Inicialmente atacaba los locales lanzando rocas a los escaparates pero pronto se aficionó a hacerlo con un hacha, a raíz de una sugerencia jocosa de su segundo marido. De hecho a partir de entonces procuraba que la fotografiaran siempre con un hacha en una mano y una Biblia en la otra (sin duda una combinación ganadora), convirtiéndola en una imagen muy icónica. Sus ataques se hicieron muy famosos en la época y fueron objeto de caricaturas o, como es el caso que nos ocupa, de films humorísticos.

Aquí les ofrecemos un par de ejemplos del pionero Edwin S. Porter. El primero, Kansas Saloon Smashers (1901), muestra como los inocentes parroquianos de un bar son atacados por un grupo de mujeres. A falta de primeros planos, la forma para hacer que el público reconociera a Carrie Nation es por su hacha:

Hubo una secuela en que se especulaba con la triste vida marital de Mr. Nation, Why Mr. Nation Wants a Divorce (1901). En ella podemos ver al marido de Carrie teniendo que verse obligado a cuidar de los niños, ya que su mujer está muy ocupada destrozando bares. Cuando en cierto momento decide echar un pequeño trago aparece su mujer por la puerta y le da unos azotes. Es dura la vida de casado:

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