Las primeras imágenes cinematográficas filmadas en México las tomó el operado Gabriel Veyre que trabajaba para los hermanos Lumière, quien desembarcó allá con su cámara en 1896.
Duel au Pistolet (1896) recrea un suceso real en el cual dos diputados se batieron con pistolas en el bosque de Chapultepec, pero lo que vemos obviamente no es el duelo real sino una recreación con actores. No obstante, para el público de la época, que aún no estaba familiarizado con las distinciones entre ficción y documental, esta recreación debió parecerles auténtica, y más teniendo en cuenta el realismo con el que Veyre la supo captar. Lo importante para Veyre no era si lo que filmaba era auténtico o no, sino que representaba un pedazo de realidad de México.
De modo que ya en su primer año de existencia había en estos primitivos cineastas esa ambición de no restringirse a lo que podían captar verdaderamente con su cámara y, si hacía falta, falsear la realidad con tal de conseguir una buena película. El debate que suscitarían los documentales de Robert Flaherty o Las Hurdes (1933) sobre la forma como muchas de sus escenas recreaban una supuesta realidad en lugar de captarla tal cual era vemos que en realidad es tan viejo como el mismo cine.
No conocía este peliculín primitivo. Entiendo que los espectadores de su tiempo se impresionaran porque yo mismo me he quedado frito y me entran dudas de si fuera realmente ficción. Debe de ser uno de los mejores filmes primitivos de un solo plano que he visto nunca. IImpresionantemente realista y perfectos la composición del plano, la puesta en escena y el juego de la profundidad, de los elementos, con los tipos que se llevan al ganador, a lo lejos, y los que tratan de hacer alguna cosa con el perdedor. Impresionante e insuperable. Con la calidad de imagen adecuada sería perfecto hasta para un filme del 2021.
Si uno se para a pensarlo tiene mérito que todo esté tan bien perfilado en 30 segundos. Los cineastas primitivos tenían la mentalidad de que había muy poco tiempo disponible y había que exprimirlo al máximo, de ahí la importancia de la composición del plano (por ejemplo el coche de caballos al fondo situado en un lugar donde pueda verse y que además sirva para mostrar al mismo tiempo cómo se atiende al herido mientras otros conducen al vencedor allá).
Un pequeño gesto que me gusta mucho es cuando inicialmente se acercan a la víctima y el médico los rechaza al instante.