Películas desaparecidas: Il Mostro di Frankenstein (1921) de Eugenio Testa

Aunque la primera versión conocida de Frankenstein es la realizada por James Whale en Hollywood en 1931, como sabrán muchos de mis lectores, ya se hicieron otras en la era muda, aunque solo sobrevive la de 1910 dirigida por J. Searle Dawley que ya se comentó aquí en su día.  La siguiente, Life Without Soul (1915) de Joseph W. Smiley, se considera perdida, de igual forma que la que nos ocupa hoy, que resulta aún más interesante por estar producida en Italia: Il Mostro di Frankenstein (1921) de Eugenio Testa. Son muchos los que han atribuido a este filme el título de ser el primer filme de horror realizado en Italia, un dato bastante significativo dado que el país sería famoso décadas después por su adscripción al género a través del giallo. No obstante, en este caso resulta algo arriesgado otorgarle este mérito cuando ni siquiera podemos ver el filme (eso sin olvidar que en el cine primitivo hay muchos cortos no narrativos que sin duda tienen elementos de horror), y si bien es cierto que el material que adapta es terrorífico, no tenemos forma de saber qué estilo tenía la película. No obstante eso no quita que resulte apasionante fantasear con este primitivo Frankenstein italiano de 1921.

Su principal responsable es el actor Luciano Albertini, un acróbata que se introdujo con éxito en el mundo del cine protagonizando películas que le permitían exhibir sus dotes físicas. Ya vimos algunas muestras de su etapa germana en Pordenone en 2015 destacando Der Unüberwindliche (1928) de Max Obal. Esta adaptación de Mary Shelley sería su última película en su Italia natal, donde había logrado un éxito enorme con una serie de obras en que interpretaba a Sansón. De hecho eran tan populares dichos filmes que en muchos carteles de producciones posteriores no se le anunciaba como «Luciano Albertini»… ¡sino como Sansón!

El director de esta adaptación sería el actor Eugenio Testa, que luego haría carrera a caballo entre Italia y España en la era sonora, mientras que el monstruo lo interpretaba un tal Umberto Guarracino. A partir de aquí solo disponemos del siguiente material para intentar descifrar cómo sería Il Mostro di Frankenstein:

  • Una imagen de la película.
  • Algunos pósters y anuncios de revistas cinematográficas (incluyendo un anuncio de una proyección en Bruselas que prueba que el filme tuvo recorrido fuera de su país).
  • Una crítica de la película.
  • Correspondencia interna del estudio referente a dicha producción.

Sabemos además que la produjo Albertini Film en Turín, que tuvo que ser recortada por petición de la censura italiana y que el montaje final probablemente duraba apenas 40 minutos. A partir de aquí surgen todo tipo de dudas. ¿Realmente era un filme de terror o más bien se planteó como una versión libre del clásico de Mary Shelley sobre un hombre que crea vida? ¿Era una buena película? (probablemente no, me aventuraría a suponer) ¿Por qué Albertini se metió en un proyecto que escapaba tanto al tipo de filmes que solía realizar, que eran más físicos y de exhibición de sus dotes de acróbata?

La única crítica que se conserva puede darnos algunas pistas. El cronista habla en general en términos negativos del filme deplorando que sus autores hayan dejado escapar la oportunidad de adaptar una obra tan interesante, y menciona que inicialmente es bastante fiel a la idea de Shelley, pero que luego deviene en una «mezcla de filosofía y aventuras, sentimentalidad y religión«. Sus mayores alabanzas van hacia la actuación de Umberto Guarracino como el monstruo, el cual, dice con sorna, demuestrar tener «conocimientos profundos de lucha grecorromana«.

¿Qué deducimos de aquí? Parece que, más que un filme de terror, ésta sería una película de aventuras donde Albertini se mostraría no tanto como el Victor Frankenstein del libro sino como un hombre de acción que tiene una aparatosa lucha contra su monstruo. Es decir, que la premisa de Mary Shelley sería una excusa para exhibir las dotes físicas de su protagonista sin explorar a fondo las ideas más profundas del libro.

En otras palabras, Il Mostro di Frankenstein parece un proyecto más en la larga trayectoria de Albertini justo antes de continuar su carrera en la industria alemana, mucho más potente en aquel momento que la italiana. Sin necesidad de caer en descripciones como «la primera película de terror hecha en Italia» creo que sería indudablemente un filme potencialmente muy interesante por el material que adapta, pero poco más podemos deducir de esta curiosa adaptación a no ser que en un futuro surja milagrosamente una copia. ¡Revisen sus desvanes por si se encuentran con una!

Referencias:

«‘I have a picture of the Monster!’: Il mostro di Frankenstein and the search for Italian horror cinema» de Russ Hunter. Publicado en Journal of Italian Cinema and Media Studies (Marzo de 2017), página 159-172

Imágenes tomadas de Frankenstinia: The Frankenstein Blog.


Este blog ha sido posible durante todos estos años gracias al apoyo incondicional de todos nuestros lectores, a quienes no podemos estarles suficientemente agradecidos por su fidelidad. Si les gustó este post pueden también invitar a este Doctor a un café para ayudarle a mantener este humilde rincón cinéfilo.

3 comentarios en “Películas desaparecidas: Il Mostro di Frankenstein (1921) de Eugenio Testa

  1. No podemos prejuzgar sin ver, pero todo apunta a que, realmente, no debe ser gran cosa, aunque por solo por ver a un monstruo de Frankenstein instruido en lucha grecorromana valdría la pena que se rescatase esta curiosidad. La de películas maravillosas que se han perdido… El otro día profundizaba en la obra de Miriam Cooper, una actriz que se me había pasado por alto y era una de las grandes y que esa sí que protagonizó unas cuantas obras maestras perdidas, como The Honor System, de su entonces marido Raoul Walsh y de la cual el Doctor ya hizo un artículo estupendo https://eltestamentodeldoctorcaligari.com/2018/05/17/peliculas-desaparecidas-the-honor-system-1917-de-raoul-walsh/ y resta y sigue… Pero eso sí, parece como si solo se hubiese perdido la de Chaney y Browning (¡como si ya no tuviesen como unas cuantas de perdidas esos dos genios!), con artículos por todas partes, algunos con titulares tipo «¡La película muda perdida!» No tengo nada en contra de ella (bueno, cada vez me cae más antipática, lo reconozco, pero no es por su culpa, pobre) pero sí que estoy un poco harto de ver comentarios de gente suspirando porque la encuentren, creyendo que con ello ya tendríamos el cine mudo completo. Con gusto pagaría con que no se encontrase jamás y a cambio pudiésemos tener el 25% de lo que se ha perdido, en un pack en el que se mezclasen obras maestras, películas interesantes e incluso algún bodrio infumable (bueno, si hay un poco más de las dos primeras categorías que de la tercera, pues tampoco le haría ascos a la cosa, claro). Feliz día y buena revetlla de Sant Joan, Doctor!

    • Querido Florenci, que solo London After Midnight haya llegado al gran público como muestra de GRAN película perdida – y más cuando mi intuición me dice que seguramente no sería una obra maestra aunque sí curiosísima – no es culpa de la película, como usted mismo dice. Y además, solo por ver a Chaney con ese disfraz valdría la pena rescatarla. Mismamente en un futuro estaría bien hablar por aquí de otra gran joya perdida del mismo Chaney, que es The Miracle Man (1919). Será por películas perdidas, ains…
      ¡Que tenga usted también una feliz revetlla de Sant Joan, amigo Florenci!

      • Sí, ¡por Miracle Man sí que vendería un pariente! (tengo que ver cual de ellos, eso también es cierto, aunque solo por tenerlos atemorizados ya vale la pena la amenaza, sádico que es uno). ¡
        Salud!

Replica a testamentodrcaligari Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.