Ludwig der Zweite, König von Bayern (1930) de William Dieterle

Se han hecho muchas películas sobre la figura del rey Luis II de Baviera, célebre por su excéntrico comportamiento y sus múltiples extravagancias, que llevaron a considerarle loco en su momento. Lo que no esperaba es que hubiera un filme mudo sobre él dirigido y protagonizado por William Dieterle, que por entonces había pasado de ser un cotizado actor de la industria alemana a dar sus primeros pasos como director, campo en el que desarrollaría la mayor parte de su carrera, especialmente en Hollywood.

Ludwig der Zweite, König von Bayern (1930) es un filme curioso, todavía en formato mudo pese a ser de una fecha ya algo tardía para el cine silente como 1930, y además financiado por la subsidiaria que tenía la Universal en el país en aquellos años. Comparándolo con los filmes más célebres sobre la misma figura como El Rey Loco (Ludwig II: Glanz und Ende eines Königs, 1955) – una vez más, enviamos un cariñoso saludo al traductor/adaptador que convirtió el aburrido título original en uno mucho más breve y contundente – de Helmut Käutner y, sobre todo, la soberbia Luis II de Baviera (Ludwig, 1972) de Luchino Visconti, la versión de Dieterle destaca sobre todo por su concreción. No es un repaso biográfico a la vida de Luis II de Baviera sino que se centra en sus últimos años, dejando fuera episodios muy cinematográficos por su valor dramático, como su compromiso de boda que luego acabaría rompiendo.

Esta decisión para mí juega a favor del filme, evitando esa sensación que me dan algunos de biopics de ser una especie de resumen a vuelapluma sobre la vida de un gran personaje, una especie de «Greatest Hits» de momentos destacados que a veces corre el peligro de no profundizar en la personalidad de su protagonista más allá de los momentos más destacados. En este caso el énfasis del guion está en la forma como Luis II abandona negligentemente sus obligaciones como monarca para centrarse en la construcción de castillos y la financiación de obras de arte.

Un aspecto que podría verse como negativo (pero que yo no veo así) es el hecho de que no me acabe de quedar clara la postura de Dieterle respecto al monarca. Por momentos parece admirar su amor a las artes y hay algunos rótulos en que enfatiza de forma machacona sobre cómo gracias a su mecenazgo a Wagner éste pudo escribir algunas de sus mejores obras. Pero al mismo tiempo tampoco esconde su carácter caprichoso y su negligencia a la hora de malgastar el dinero. Comparado con las versiones de Käutner y Visconti, ésta es la que menos claro me ha dejado qué pensaba realmente su autor del monarca, algo en lo que creo que no ayuda que Dieterle interprete el papel protagonista, disfrutando visiblemente del placer de encarnar a un personaje atormentado e inestable.

Dieterle, aunque aun está lejos de sus grandes logros como director, demuestra ser un cineasta notable y desde luego nada rutinario. Tiene pequeños detalles en que consigue captar la sensibilidad especial de momentos clave como la escena en que Luis II recibe la carta anunciando la muerte de Wagner, que filma con unos planos muy cerrados tomándose su tiempo para que veamos primero la reacción del protagonista y, posteriormente, el motivo de su tristeza. También las escenas que protagoniza junto a su prima Elisabeth (es decir, la célebre Sissy) tienen mucho lirismo y eso que tampoco explota demasiado la relación que tuvo con ella. Y por descontado el desenlace es muy hermoso, desembocando en ese fantástico plano del cadáver rodeado de velas.

Pero donde a cambio flojea algo el filme es en el enfoque de ciertos aspectos biográficos, que da demasiado énfasis a los tiras y aflojas del rey con el gobierno por sus caprichosos despilfarros económicos, los cuales a la larga no resultan especialmente interesantes ni tienen una progresión dramática atractiva para el espectador. Sí, es un tema fundamental para entender su caída en desgracia, pero creo que vuelve la película un poco árida a ratos pese a su enorme potencial visual. En ese aspecto es extraño que ni se mencionen sus enfrentamientos políticos para intentar mantener Baviera como un estado independiente del nuevo Imperio Alemán, mientras que su conocida homosexualidad me temo que resulta más comprensible que no se tratara por la época en que se filmó la película.

Sin ser una de esas grandes obras de finales del mudo ni ofrecernos tampoco la actuación descomunal que podríamos esperar por el jugoso papel, Ludwig der Zweite, König von Bayern es un filme notable que denota, eso sí, esa sensibilidad para aprovechar al máximo los recursos visuales de la cámara propia de esos cineastas que se educaron en la era silente.

Contiene algunos momentos que definitivamente en formato sonoro costarían de encajar más sin que parecieran excesivos (la figura de Wagner apareciendo en el cielo mientras el monarca contempla melancólicamente las nubes, o ese diálogo consigo mismo a través del reflejo de un espejo) que hacen que la película me transmita un poco esa tristeza hacia una forma de hacer cine que estaba ya moribunda cuando se estrenó. Un aspecto que, bien mirado, resulta muy consecuente con el tono melancólico de su protagonista, que se ve a si mismo como una figura fuera de lugar en los tiempos que le ha tocado vivir.

2 comentarios en “Ludwig der Zweite, König von Bayern (1930) de William Dieterle

  1. Justamente ahora mismo estoy metidísimo con el Dieterle actor y director mudo. ¡Por suerte no con la misma película! La cual, desde luego, repasaré. Nadie tiene en cuenta que él tenía un papel importante en Faust (1926), de Murnau, por ejemplo. Coincido que el hombre tiene el carisma que tiene y sus limitaciones (que aquí, como monarca orate, imagino deben tener su punto de lastre), pero a mi me resulta muy agradable y mucho más competente de lo que muchos critican. Como director no hay duda de su talento y personalidad.

    Felicitarle por su artículo y me voy antes de que, inspirado por don Luís no me vuelva más loco de lo que ya estoy y el Dr. me confunda con uno de los pacientes evadidos de su sanatorio.

    • Amigo Florenci, realmente Dieterle tiene una carrera nada desdeñable en cintas clave del cine alemán de la época, desde Fausto y El gabinete de las figuras de cera a Escalera de servicio. El único punto en su contra era que resultó ser mucho mejor director que intérprete, pero eso no quiere decir que fuera malo actuando, pasa que no es de lo más destacado y en esa época la competencia era feroz.

      Gracias como siempre por su comentario y no sucumba a la locura, que al pobre Ludwig le esperó un final más bien trágico.

      Un saludo.

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