Este post forma parte de un especial dedicado a Harold Lloyd que incluye los siguientes artículos:
- Reivindicando al tercer genio del slapstick.
- Los inicios de Harold Lloyd: Willie Work y Lonesome Luke.
- El Estudiante Novato (The Freshman, 1925) de Fred C. Newmeyer y Sam Taylor.
- El Pecado de Harold Diddlebock (The Sin of Harold Diddlebock, 1947) de Preston Sturges.
Uno de los rasgos más interesantes de Harold Lloyd como cineasta era su uso sistemático de los «sneak previews» como una forma de mejorar sus películas. Con ese término se denominan las proyecciones que se hacía de una película ante un público antes de estrenarse oficialmente, de esta forma los productores podían calibrar qué aspectos del filme no acababan de funcionar y modificarlo antes del estreno oficial. En el mundo del slapstick era una práctica muy frecuente para calibrar qué gags funcionaban mejor (vean por ejemplo el interesante caso de Buster Keaton y Las Siete Ocasiones), pero nadie lo llevó a los niveles de perfeccionismo de Lloyd.
El mítico productor Irving Thalberg atribuyó en su momento a Harold Lloyd el mérito ser el primer artista en utilizar los «sneak previews» con sus películas, y si bien ya había otros que lo hicieron antes que él, sí que fue seguramente el primero en explotar su potencial al máximo. Porque Lloyd no se limitaba a pasar sus películas por un «sneak preview» para luego hacer retoques en el montaje, sino que entendía esto como una fase fundamental de todo el proceso de producción de una película, y después de esas primeras proyecciones podía pasarse tranquilamente semanas o meses rehaciendo escenas enteras o incluso modificando el tono del filme en general.