Como es de sobras conocido, la comunidad afroamericana ha tardado muchas décadas en tener una representación justa en el cine, ya que inicialmente los actores negros han estado siempre relegados a papeles secundarios que se basaban en tópicos humorísticos. Por ello les proponemos hacer un pequeño repaso de cómo fueron las primeras apariciones de personajes afroamericanos en el cine así como los primeros intentos (infructuosos mucho me temo, pero dignos de reseñar) de productores y directores afroamericanos por hacer un cine propio.
Si nos remontamos a los inicios del séptimo arte, las primeras representaciones de la comunidad afroamericana en el mundo del cine por desgracia venían heredadas del mundo del vodevil y del minstrel show. Resultaba en cierto modo lógico, ya que el cine de los orígenes tenía como punto de partida el vodevil, pero es una influencia bastante desafortunada teniendo en cuenta que en ese tipo de espectáculos los personajes negros eran siempre tratados mediante estereotipos cómicos: gandules, ignorantes, inocentes, ávidos devoradores de sandías y ladrones de aves de corral. Los primeros cortometrajes que mostraban a personas negras se basaban en esos estereotipos y los potenciaban aún más, como puede verse por ejemplo en estos cortometrajes Watermelon Contest (1900) y Watermelon Eating Contest (1896):
Que la primera representación de la cultura negra en el cine fuera ésta, dice mucho sobre los estereotipos raciales de la época. Si bien estos estereotipos no nacieron en el cine, este medio hizo más daño que ningún otro al reutilizarlos, ya que las películas tenían la virtud de poder propagarse fácilmente por todo el mundo y llegar a mucha gente. De esta forma, la primera imagen que tuvieron muchos espectadores de la comunidad afroamericana fueron estos ridículos estereotipos.
Por otro lado, en los primeros cortometrajes de ficción, los principales personajes negros solían interpretarlos blancos pintados de negro (algo también heredado de la tradición vodevilesca) mientras que los actores negros solo podían aspirar a interpretar secundarios de poca relevancia. En algún caso llegó a suceder que un mismo personaje fuera interpretado en diferentes momentos de la película por un negro y por un blanco pintado de negro, lo cual es un ejemplo de la poca importancia que se daba a los actores de cine en los inicios del medio. Como ejemplo de esta práctica, aquí pueden ver una versión de 1903 de Uncle Tom’s Cabin producida por el estudio de Edison (el cortometraje en sí mismo tiene bastante interés más allá que como ejemplo del tema que tratamos hoy, así que seguramente en un futuro volveremos a rescatarlo):
Obviamente, los papeles que interpretaban normalmente los actores negros eran los clásicos estereotipos: el cómico ladrón que da pie a una divertida persecución, el esclavo inocente y leal que se mantiene siempre fiel a su amo (influencia de la novela de Harriet Beecher Stowe La Cabaña del Tío Tom) o la obesa criada. Un ejemplo del estereotipo de criado leal lo podemos encontrar por ejemplo en el siguiente cortometraje de D.W. Griffith His Trust (1911) – de nuevo, el cortometraje vale mucho la pena como película independientemente del motivo por el que lo mostremos hoy:
Si nos centramos en lo que sucedía al otro lado de la cámara, aunque en las primeras décadas del siglo XX ya se realizaban películas creadas expresamente para el público negro, sus productores y distribuidores eran casi siempre blancos, que eran los que controlaban el medio. El primer negro que produjo y distribuyó sus películas sería William Foster en 1913, creador de varias comedias de dos rollos que aspiraban a evitar los típicos estereotipos afroamericanos.
Hunter Haynes también intentó distribuir sus cortometrajes cómicos a través de la Afro-American Film Company, pero el problema que tenían era que los distribuidores y las publicaciones del sector les ignoraban.
El primer gran paso para frenar esta situación lo dio la Lincoln Motion Picture Company, la primera que contaba con una fuerte distribución nacional y que obtuvo un gran éxito con Realization of a Negro’s Ambition (1916), la primera película interpretada por un reparto completo de afroamericanos que no se servía de estereotipos. El presidente de la compañía era el actor Noble Johnson, quien al mismo tiempo protagonizaba los films y servía de principal atracción para el público. A este film le seguirían The Trooper of Company K (1917) y The Law of Nature (1917), que también tuvieron un gran éxito. Desafortunadamente, tras estos films Johnson resignó de su cargo privando a la compañía de su gran estrella.
Tras este gran antecedente, el cine afroamericano vivió una breve edad de oro a principios de los años 20 gracias a la construcción de muchos cines para negros en comunidades afroamericanas, el impulso de la prensa negra a este tipo de cine y la disponibilidad de actores del vodevil. Aún así este tema era bastante más complejo de lo que podemos profundizar hoy. Por ejemplo algo que se discutía a menudo en la prensa negra era el hecho de que el público afroamericano siguiera consumiendo films basados en estereotipos degradantes fomentando así que se mantuviera esa visión de su raza en el cine. Los esfuerzos de cineastas como Oscar Micheaux – del que hablaremos en la próxima entrada – por hacer un tipo de cine afroamericano de calidad y sin estereotipos eran aplaudidos por la prensa pero necesitaban también del apoyo del público. Por otro lado, otro aspecto que no se suele mencionar mucho y era algo delicado es el hecho de que ciertos actores afroamericanos tenían un color de piel más oscuro que otros. Los que tenían un color menos oscuro tenían más oportunidades en el cine para interpretar un abanico más variado de papeles y eran tomados más en serio que el resto, lo cual era de nuevo otra injusticia.
En todo caso, a mediados de los años 20, los distribuidores blancos decidieron echar mano de este mercado tan próspero y entraron en el juego con estrategias muy competitivas que destruyeron este corto momento de hegemonía en el cine negro.
No sería hasta la llegada del sonoro cuando toda una serie de intérpretes negros volvió a poblar las pantallas, actores venidos del vodevil que aprovechaban la novedad del sonido para lucirse en el cine. Eso sí, a cambio de un claro retroceso, ya que eran intérpretes que se servían de los estereotipos del vodevil del que provenían. La esperanza de crear un cine afroamericano con personajes creíbles y no estereotipados tuvo que posponerse durante unas décadas.
En nuestra próxima entrada hablaremos un poco del que está considerado el primer gran cineasta afroamericano: Oscar Micheaux. Hasta entonces les dejamos con otro ejemplo de cine primitivo protagonizado por afroamericanos, Comedy Cakewalk (1904):