Como seguramente sabrán, Irlanda no fue un país especialmente destacado por su cinematografía durante muchas décadas. Por ello, no son muchos los ejemplos que se pueden encontrar de cine silente irlandés y debemos echar mano de películas americanas como Come Back to Erin (1914) de Sidney Olcott, que está ambientada parcialmente en Irlanda y de hecho fue rodada allá por la zona de Cork.
El título del film proviene de una popular canción del siglo XIX (¡curiosamente escrita por una inglesa, Charlotte Arlington Barnard!) sobre un hombre que añora a su amada, puesto que ésta ha emigrado a Inglaterra. Con las masivas migraciones de irlandeses a Estados Unidos, el tema pasó a representar el sentimiento de melancolía de muchos de esos emigrantes hacia su tierra natal y se hizo muy popular.
En los orígenes del cine cualquier elemento de cultura popular que pudiera vincularse a una película era válido: ya fueran comics, canciones o incluso personajes de actualidad. Por ello no es de extrañar que el astuto Sidney Olcott partiera de la letra de esta popular composición para elaborar una historia sobre una joven que es perseguida por un pretendiente al que su padre (el propio director del film) además quiere que tome como esposo, y al que ella, como buena irlandesa de carácter, rechaza hasta el punto de que decide escaparse a Estados Unidos a emprender una nueva vida. El vídeo que les ofrecemos es solo el primer rollo del film, pero en él podemos disfrutar ya de los paisajes irlandeses de la época y de algunos momentos muy divertidos, como cuando la protagonista llega a una casa americana como criada y se queda boquiabierta con inventos tan modernos como la lámpara y el cómodo sofá.
El estudio que produjo la película, O’Kalem Film Company, curiosamente estaba especializado en películas de temática irlandesa y en filmar películas que sucedían a medio camino entre Irlanda y Estados Unidos. Los principales responsables de la compañía eran el director Sidney Olcott y la actriz y guionista Gene Gauntier (aquí protagonista del film), que supieron muy astutamente explotar el potencial de hacer películas para consumo de la numerosa comunidad irlandesa que había en Estados Unidos. Otra de las muchas curiosidades que nos depara esta interesante época de la historia del cine.