Como todo aficionado al cine mudo sabrá, el porcentaje de películas que se han perdido de esa época es dramáticamente alto. No solo eso, sino que cuanto más pasa el tiempo más fácil es que estos filmes se degraden y que por tanto se vuelvan irrecuperables. Las principales filmotecas de todo el mundo tienen todavía literalmente miles de cintas por revisar y catalogar. La mayoría serán de escaso interés, pero siempre queda la esperanza de que haya una joya dada por perdida esperando a que le llegue su turno… si es que se llega a tiempo. Los aficionados a esta época no podemos por menos de estar profundamente agradecidos a todos estos honrados trabajadores de filmotecas y archivos cinematográficos, a los que les debemos alegrías como la que este Doctor se llevó a finales del 2017 cuando se enteró de que se había descubierto en el CNC de París una copia de un filme de la primera época de Victor Sjöstrom, dado hasta ahora por perdido: Judaspengar (1915).
Recordemos que en los años 10 Escandinavia era uno de los países más avanzados del mundo cinematográficamente y Sjöstrom su director más destacado junto a Mauritz Stiller, de modo que todo lo que podamos rescatar de la primera época de sus carreras es de un enorme interés para poder ver cómo fue evolucionando su estilo (lamentablemente la mayor parte de filmes de esa época se perdieron en un incendio en 1941). Judaspengar trata sobre un hombre empobrecido y sin trabajo que vive en una buhardilla con su esposa gravemente enferma y su hija. Un día sale a cazar con un amigo y por accidente mata a un guarda forestal, pero la policía cree que el responsable es su amigo. Éste se oculta en casa del verdadero culpable, quien no puede evitar caer en la tentación de denunciar su paradero a la policía a cambio de la recompensa.
Cuando se recupera una obra perdida de un gran cineasta mudo, uno siempre acoge la noticia primero con comprensible alegría, pero luego con cierta precaución. El que una película haya sido rescatada no quiere decir que necesariamente sea destacable, ni siquiera que sea buena, simplemente que ha tenido la suerte de salir a la luz (lo cual no es poco con un cineasta tan apasionante como Sjöstrom). Por ello cuando vi Judaspengar este año en Pordenone me llevé una enorme sorpresa al comprobar que no solo tiene valor como curiosidad, sino que es una gran película, hasta el punto de que uno de los restauradores de la misma afirmó en el festival que la existencia de este filme provocará que tenga que revalorarse la primera etapa de Sjöstrom. Ya el mismo inicio nos dejó boquiabiertos: un plano de una buhardilla visto desde fuera a través de una ventana, y seguidamente un travelling en que la cámara penetra en la estancia para que veamos las miserables condiciones de vida de los protagonistas. Puede parecer un movimiento de cámara sencillo, pero para 1915 es algo totalmente inusual y que debía estar más que pensado por parte del cineasta.
Toda la película demuestra un trabajo de la composición de planos inusualmente maduro para la época. Hay numerosos planos de las casas en que se aprovecha la profundidad de campo para que veamos lo que hay tras las ventanas (por ejemplo, la policía acercándose) y el detallismo de los escenarios demuestra un gran interés por darle una apariencia realista, y no del típico decorado de estudio. También podemos ver un muy interesante uso de la iluminación en la escena en que el hombre injustamente inculpado se esconde en una buhardilla totalmente a oscuras. A nivel de fotografía, definitivamente Suecia era uno de los países pioneros de la época. Y los amantes de la faceta más paisajística del cine sueco también tienen un plano magnífico hacia el final de un río cubierto de troncos al lado de un molino, donde sucede uno de los momentos más trágicos de la película pero sin llegar a mostrarse directamente.
Descubrimientos como el de Judaspengar nos hacen plantearnos realmente hasta qué punto conocemos las carreras de estos cineastas mudas y si no nos faltan más piezas imprescindibles del rompecabezas para poder valorarlos como merecen. En este caso podemos asegurar que hemos descubierto una de las mejores obras de la primera etapa de Sjöstrom, y esperemos que no sea la última en salir a la luz.
Qué interesante!!!Sabe si se puede conseguir? La entrada a ese festival es libre o por invitación??? Moriría por ir. Saludos desde Buenos Aires.
La película todavía no me consta que se haya editado, pero espero que la acaben sacando en DVD. Sobre el festival, la entrada general (para todas las proyecciones salvo la de inauguración y clausura) es de 70 euros, y puede ir quien quiera. ¡Un saludo!