Wagon Tracks (1919) de Lambert Hillyer

En su cortometraje El Polo Norte (1922) Buster Keaton protagonizaba una escena que quizá al espectador actual se le haga extraña en una comedia, en que el protagonista descubría que su mujer le ha engañado con otro hombre y se ponía a llorar. En realidad eso era un gag en que parodiaba uno de los recursos más recurrentes de una de las grandes estrellas del western de la época, William S. Hart, como podemos comprobar en una dramática escena de Wagon Tracks (1919) en que el protagonista descubre que su hermano menor ha sido asesinado y llora junto a su cuerpo; algo que desde nuestra visión actual del western nos podría parecer muy poco propio de un cowboy.

Aquí Hart encarna a Buckskin Hamilton, un vaquero que debe conducir una caravana de carromatos por el desierto después de reunirse con su hermano. Por desgracia, la noche antes de su encuentro éste recibe un disparo en la espalda durante una partida de póker cuando descubre que sus oponentes hacían trampas. Para complicar más las cosas, el autor del crimen hace creer a su hermana, que se ha visto involucrada accidentalmente en la refriega, que en realidad es ella quien le ha matado accidentalmente. Aunque ella admite ante Hamilton ser la autora del crimen, éste tiene sus dudas. Así pues, cuando durante la travesía por el desierto confirme sus sospechas intentará vengarse del auténtico asesino de su hermano.

Retomando la idea inicial que exponíamos, resulta muy interesante analizar Wagon Tracks por la visión que da de la hombría o heroicidad respecto a la que el cine ha favorecido en años posteriores. William S. Hart era seguramente el vaquero más famoso del cine de la época, pero ¿qué clase de rudo cowboy tiene como uno de sus rasgos de identidad el llorar en escenas melodramáticas? De hecho, la película alude explícitamente a esa idea cuando la protagonista femenina observa a Buckskin desde la distancia y descubre (en palabras textuales del rótulo que acompaña las imágenes), en qué consiste la auténtica hombría: no en ser un bravucón sino por ejemplo en dar su ración de agua a su caballo y a sus perros en una situación al límite en la que casi no quedan reservas. Es no matar al asesino de su hermano en el momento en que descubre su identidad, sino detenerle para llevarle ante la justicia. Es, en otras palabras, ser un hombre honesto, justo y valiente.

¿Suena todo esto un tanto anticuado? Puede ser, pero no deja de ser digno de aplaudir que Hart buscara expresamente transmitir esos valores en lugar de una hombría exagerada y vacía, sobre todo teniendo en cuenta que el western era uno de los géneros predilectos del público más joven de la época. No obstante con el cambio de década estos westerns más moralistas acabarían pasando de moda por otros que daban más importancia a la acción que a los valores, y el género se quedaría estancado hasta finales de los años 30.

Volviendo al filme, de todas las películas que he visto de William S. Hart, Wagon Tracks es sin duda una de las más remarcables. Con un magnífico trabajo de producción compartido entre Hart y el prestigioso Thomas H. Ince, la cinta se beneficia del buen trabajo de fotografía y los paisajes desérticos, especialmente en la escena en que el protagonista se embarca desierto adentro con los dos sospechosos de haber asesinado a su hermano, una escena que me recuerda vagamente al desenlace de Avaricia (1924) de Stroheim. Los rótulos también se utilizan de forma muy inteligente, como en la escena en que la chica confiesa el crimen y se justifica ante el protagonista diciendo que «él me obligó». A oídos de Buckskin parece que esté diciendo que su hermano se propasó con ella y la obligó a matarle, pero el rótulo muestra un dibujo de los ojos del verdadero asesino mirándola fijamente, dando a entender que en el fondo se refiere a que fue él quien la ha obligado a confesar ese crimen.

Finalmente, es de agradecer el tratamiento fuera de lo convencional de la historia de amor, con un final abierto que deja mucho mejor sabor de boca por ser más coherente con los personajes. Si quieren descubrir a uno de los grandes héroes del western de la era muda, Wagon Tracks es una de las mejores puertas de entrada posibles.

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