Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2024 (IV)

 
Autor: Valerio Greco

10 de octubre – En que se dan cita dos de los más grandes nombres de la comedia cinematográfica y un fox terrier

Sabes que va a ser un buen día en Pordenone cuando empiezas la jornada con un corto en que aparece un fox terrier esquiando y luego tienes una película de Lubitsch que aún no habías visto. Als de Winter Komt es uno de los cortometrajes de autoría desconocida que se proyectaron hoy. Se sospecha que es de 1921 y básicamente tiene como narrador a un fox terrier que explica lo bien que se lo pasa en invierno con su familia y, sobre todo, su dueña Mary. Es un corto encantador, tanto por la belleza de esas imágenes nevadas como, claro está, por su protagonista. Y para los que sean sensibles con la forma como se trata a los animales actores, en este caso nuestro fox terrier se nota que se lo está pasando genuinamente bien brincando por la nieve y caminando con unos zapatitos que le han comprado para que no pase frío en las patas en estas fechas.

El otro corto que vimos hoy sin identificar es una simpática comedia, Las Horas del Asistente, que se sospecha que debe datar de alrededor de 1915 y probablemente provenga de Francia o Italia. Explica todas las tareas que debe llevar a cabo durante un día el ayudante de un oficial, y la gracia está en que va alternando planos de un reloj que marca una hora concreta con la diferente tarea que el pobre hombre tiene que llevar a cabo.

Crédito: Eye Filmmuseum

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2024 (II)

5 de octubre – Segunda oportunidad con Protazanov

Hace diez años, cuando me estrené en Pordenone, el primer día me perdí una película de Yakov Protazanov por un error de novato. Una década después parece que el festival me ha ofrecido una segunda oportunidad programando una película de Protazanov el primer día por la tarde a la que también llegaba justo. Pero esta vez pude verla.

Protazanov es de los pocos directores rusos que hizo la transición de la época prerrevolucionaria a la era soviética, y de ésta al sonoro y el estalinismo. Un superviviente nato. El Cuarenta y Uno (Sorok pervyy, 1927) está ambientada durante la Revolución Soviética en el desierto de Karakum, y explica cómo un pequeño destacamento intenta sobrevivir huyendo del ejército blanco a través del desierto y casi sin víveres. Por el camino capturan a un oficial del Ejército Blanco y se le encomienda la misión de custodiarlo a Mariutka, la mejor tiradora del destacamento. Pero ambos acabarán enamorándose.

Éste es uno de esos filmes que reflejan a la perfección el agobio físico que sienten sus personajes: el calor, el paisaje desolador, el agotamiento… La historia funciona muy bien y solo se le puede achacar que obviamente le falta metraje y eso dificulta juzgarla como merece ya que presenta un ritmo desigual y se nota que faltan escenas. La copia que vimos era una checoslovaca que se supone que es la mejor que hay, pero ojalá se restaure en el futuro combinando todas las versiones existentes. En definitiva, una muy buena versión que está perfectamente a la altura de la famosa de Grigori Chukhrai del 1956, pero más áspera y con un final donde, por una vez, no triunfa el amor… ¡sino la Revolución!

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El Caballo de Hierro (The Iron Horse, 1924) de John Ford

El absolutamente espectacular éxito que tuvo en su momento el western épico La Caravana de Oregón (The Covered Wagon, 1923) de James Cruze movió a que un estudio rival, la Fox, decidiera copiar la hazaña con otro western de gran envergadura, el cual le fue encargado a un prometedor director que tenían en nómina llamado John Ford. El Ford de 1924 no gozaba ni remotamente del estatus que tiene hoy día. Por entonces era un muy efectivo realizador que había hecho un buen puñado de filmes demostrando dominar la técnica del oficio y, probablemente, aún estaba a la sombra de su hermano mayor Francis Ford, por mucho que por esas fechas la carrera de éste ya estaba de capa caída.

La propuesta que se le hizo a Ford fue filmar El Caballo de Hierro (The Iron Horse, 1924), la épica historia de la construcción de la primera via ferroviaria que unió las dos costas estadounidenses, un momento simbólicamente muy importante por reflejar cómo el país pasó a estar oficialmente unido en sus dos extremos, cimentando así su identidad como nación. Partiendo de ese contexto se nos narra la historia del joven Davy Brandon, cuyo padre sueña con la construcción de una vía ferroviaria que uniera los dos océanos, algo que en ese momento se considera irrealizable. Una noche, el padre de Davy es asesinado a manos de unos indios comandados por un misterioso hombre blanco que se hace pasar por uno de ellos, dejando un trauma de por vida en Davy. Cuando éste se hace adulto, decide participar en la construcción de la vía ferroviaria, ignorante de que hay unos siniestros personajes que preparan un complot para sabotear el paso del tren por un pasaje que permitiría acortar mucho el trayecto. Entre los conspiradores se encuentra el prometido de Miriam, la chica de la que Davy estuvo siempre enamorado.

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Roscoe Arbuckle y su salto al largometraje: The Round-up (1920) de George Melford

Se ha escrito mucho sobre cómo fue el salto de cortometrajes a largometrajes en lo que respecta a los grandes del slapstick. Los casos de Chaplin, Keaton y Lloyd se sucedieron en un intervalo de tiempo muy similar (si no contamos El Romance de Charlot (Tillie’s Punctured Romance, 1914), que es más un ambicioso proyecto de Mack Sennett con Chaplin y otros actores de la Keystone que una película de Chaplin propiamente dicha), mientras que en lo que respecta a Keaton y Pasión y Boda de Pamplinas (The Saphead, 1920) esto sería más bien un encargo, y el cómico volvería durante unos años al formato corto antes de verse preparado para probar con largos teniendo él plena libertad. Pero, ¿qué pasa con Roscoe «Fatty» Arbuckle? La historia le ha dejado tristemente olvidado por el escándalo que acabó con su carrera, pero eso no es excusa para que hoy día, conociendo además su inocencia, no rescatemos sus películas y le reivindiquemos como uno de los grandes pioneros de la comedia. O al menos así es como se le consideraba en su momento.

Teniendo en cuenta pues lo poco que se sabe de Arbuckle en comparación con sus coetáneos, contemplar su primer largometraje ha sido un auténtico shock por no ser en absoluto lo que esperaba. Porque The Round-Up (1920), basado en una obra teatral que curiosamente había protagonizado el primo mayor del propio Arbuckle, no es una comedia, sino un western con tintes de melodrama y unas pequeñas dosis de comedia en que el célebre cómico ni siquiera era el protagonista absoluto de la acción. ¿Qué sucedió?

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Hace 100 años: las mejores películas de 1923

¿Se pensaban que este Doctor se había olvidado de uno de los grandes clásicos de este rincón silente? ¡Para nada! Aunque un poco justos de fechas, aquí tienen el listado que todos estaban esperando: las mejores películas que cumplen 100 años, es decir, los mejores filmes de 1923. Si les parece que este año les cuesta elaborar los clásicos Top10 de mejores estrenos de 2023… ¡imagínense lo complicado que era en plena edad de oro del silente!

En 1923 Alemania seguía imponiéndose como una de las mayores potencias cinematográficas del mundo, como verán con la selección de varios títulos del listado, que van mucho más allá del ya conocido expresionismo. La otra gran potencia cinematográfica europea comprobarán que es Francia. En estos años hay innumerables ejemplos de películas que combinan una enorme sensibilidad y un sentido muy visual de la puesta en escena con las influencias de las vanguardias de la época, que se manifestaban sobre todo en cortometrajes como Le Retour à la Raison (1923) de Man Ray. Pocas cosas hay mejores en la era muda que los filmes franceses de este periodo que conjugan ambos elementos.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2023 (II)

Créditos de imagen: Lizica Codreanu en un disfraz de «Pierrot Éclair» hecho por Sonia Delaunay para Le p’tit Parigot (1926). Diseño gráfico: Giulio Calderini y Carmen Marchese.

7 de octubre – ¡Al fuego, bomberos!

Mientras en el mundo real se debate sobre el impacto que tendrán las inteligencias artificiales en el ámbito cinematográfico (spoiler: no pinta muy bien la cosa) resulta reconfortante aislarse por una semana en esa burbuja que es las Giornate del Cinema Muto de Pordenone, donde al final tras una semana de inmersión de filmes mudos uno acaba sintiéndose como si estuviera viviendo a principios del siglo XX. Tal es así que mi móvil se metió tanto en situación que al llegar a Italia perdió la conexión a internet, transportándome a aquellos tiempos en que no teníamos la respuesta a todo en un solo clic… lo cual tendría su gracia si no fuera porque el primer día no estaba en Pordenone, sino en una ciudad que no conocía demasiado y no sabía dónde estaba mi hotel. Bienvenidos a la experiencia Pordenone.

La primera sesión de este año correspondió al ciclo Ruritania. Para los que no lo conozcan, Ruritania es un país imaginario centroeuropeo inspirado en la inmensa popularidad de El prisionero de Zenda. Se utilizó (con ese u otros nombres inventados) en cientos de obras de ficción, demostrando la fascinación que había en esos años por ese territorio tan inestable políticamente y que parecía aún anclado en el siglo XIX. No obstante nuestra primera experiencia ruritana fue un tanto decepcionante. La Reina Joven (1918) era una prestigiosa película de la compañía barcelona Barcinógraf dirigida por Magí Murgià y que contaba con la por entonces célebre Margarida Xirgu encarnando a una reina que tiene un romance con un republicano. El problema es que tiene el defecto de las obras de esos años ambiciosas en intenciones pero algo justas a nivel artístico: parece más un despliegue de medios y recursos que vemos desde la distancia sin sentirnos implicados en la historia.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2022 (III)

4 de octubre – ¡Viva Italia y viva Letonia!

Si hoy tienen uno de esos días en que lo que les apetece es ver una película muda letona de tintes épicos, Lacplesis (1930) de Aleksandrs Rusteiķis es justo lo que están buscando. Permitan que les describa el inicio: vemos a una dama encerrada en un castillo, donde es asediada por un extraño antagonista que parece sacado de Los Caraconos (1993) y que quiere hacerla suya. Mientras unos brujos lanzan una maldición sobre un broche de la joven para que ésta se enamore de ese perverso personaje, en paralelo vemos la llegada del héroe, que asalta el castillo. Se carga a todo el que se le pasa por delante, evita que los brujos acaben de lanzar la maldición al broche, mata por accidente al secuaz del antagonista y se enfrenta con él a un duelo a espada… ¡Y todo ello no es más que el prólogo de la película! Porque tras 20 minutos de fantasías épicas en la línea de Los Nibelungos (Die Nibelungen, 1924) de Fritz Lang, resulta que todo ello eran ensoñaciones de un niño que está leyendo un libro. Ese niño crecerá y se enfrentará también a una serie de enemigos en unas fechas decisivas para la nación letona: la Revolución de 1905, la I Guerra Mundial y la proclamación de independencia del país.

Lacplesis es una obra ambiciosa, épica y a ratos algo confusa, en que se nota que se puso toda la carne en el asador para construir el gran relato fílmico sobre el país. Es por ello una obra algo difícil de juzgar a veces por aquellos que, siento reconocerlo, no estamos muy versados en la historia de Letonia, ya que combina elementos de folklore (el tal Lacplesis tiene que ver con una antigua leyenda del país) con hechos históricos y políticos filmados en lugares reales – de hecho la razón de ser del filme era celebrar el 10º aniversario de su independencia.

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Le (mini) Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2020 (IV)

Cuando se acercan los últimos días de le Giornate del Cinema Muto de Pordenone es inevitable pasmarse ante lo rápido que pasa el tiempo en ese oasis silente y hacerse la típica pregunta de «¿Ya ha pasado una semana?». No obstante, este año no ha pasado por motivos obvios. Aunque aprecio todo los esfuerzos de los organizadores por intentar hacernos sentir como si estuviéramos allá mentiría si no reconociera que no he conseguido entrar demasiado en el «ambiente Pordenone». Seguramente se deba en gran parte a que he tenido que compaginar los visionados con mis obligaciones del día a día (ya saben, la difícil rutina del hipnotista feriante), pero el motivo principal es que, obviamente, la experiencia no es la misma que estando ahí.

Cuando hace meses algunos pequeños festivales se animaron a seguir adelante en una versión completamente online dadas las circunstancias actuales, muchos vaticinaron que ése sería el futuro de ese tipo de eventos. Yo espero sinceramente que no sea así. Un festival como Pordenone es más que una serie de películas. El ambiente que se respira a lo largo de la semana, la experiencia de ver los filmes en la gran pantalla con música en directo, la posibilidad de charlar con otros asistentes, el sentirse parte de una comunidad por una semana… Nada de eso puede trasladarse en una versión online. Quizá una solución intermedia sería mantener la versión presencial y, al mismo tiempo, aprovechar una plataforma de streaming para poner a disposición de los que no pueden asistir una parte de las películas a un módico precio. Pero en todo caso creo que hablo por todos los habituales del festival si digo que ojalá el año que viene pueda celebrarse como siempre y que aguardaré la edición del 2021 más impaciente que nunca confiando poder ir allá.

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Wagon Tracks (1919) de Lambert Hillyer

En su cortometraje El Polo Norte (1922) Buster Keaton protagonizaba una escena que quizá al espectador actual se le haga extraña en una comedia, en que el protagonista descubría que su mujer le ha engañado con otro hombre y se ponía a llorar. En realidad eso era un gag en que parodiaba uno de los recursos más recurrentes de una de las grandes estrellas del western de la época, William S. Hart, como podemos comprobar en una dramática escena de Wagon Tracks (1919) en que el protagonista descubre que su hermano menor ha sido asesinado y llora junto a su cuerpo; algo que desde nuestra visión actual del western nos podría parecer muy poco propio de un cowboy.

Aquí Hart encarna a Buckskin Hamilton, un vaquero que debe conducir una caravana de carromatos por el desierto después de reunirse con su hermano. Por desgracia, la noche antes de su encuentro éste recibe un disparo en la espalda durante una partida de póker cuando descubre que sus oponentes hacían trampas. Para complicar más las cosas, el autor del crimen hace creer a su hermana, que se ha visto involucrada accidentalmente en la refriega, que en realidad es ella quien le ha matado accidentalmente. Aunque ella admite ante Hamilton ser la autora del crimen, éste tiene sus dudas. Así pues, cuando durante la travesía por el desierto confirme sus sospechas intentará vengarse del auténtico asesino de su hermano.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2019 (IV)

Imagen: Valerio Greco

Entramos ya en la recta final del festival y uno no puede evitar soltar el tópico de qué rápido han pasado estos días y lamentarse de que en breve habrá que volver a la rutina del trabajo (en mi caso, ya saben, pasear por pueblos haciendo mi numerito de sonámbulo con Cesare para que luego vaya apuñalando a gente por las noches), pero supongo que tiene que ser así ni que sea para recuperar una cierta normalidad de horarios. Así pues, antes de lamentarnos de que hayan acabado las Giornate, disfrutemos de estos tres días que vienen más que cargados.

10 de octubre – El día de Reginald Denny

Ayer nos comentó el director del festival, Jay Weissberg, que el 9 de octubre era el día oficial de Reginald Denny (desconozco por qué ese día concreto, algún truco publicitario de la Universal). Es una maravillosa casualidad que el día oficial de Reginald Denny coincidiera con el festival de Pordenone que le está dedicando un ciclo… aunque también es mala pata que justo el 9 de octubre no hubiera ninguna película suya en el programa, de modo que Weissberg dijo que en Pordenone celebraríamos su día oficial el 10 de octubre, coincidiendo con la proyección de su película What Happened to Jones (1926) con la presencia de su nieta entre el público.

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