L’Acqua Miracolosa (1914) de Eleuterio Rodolfi.

Cuando decimos que la edad de oro del cine italiano tuvo lugar en los años 10 puede creerse que eso se deba a las películas de divas y sus ostentosos peplums… y sí, es cierto que esos fueron los principales géneros y los que dieron más fama al cine silente italiano, pero hay más. Realmente en esos años se realizaron multitud de filmes (especialmente cortometrajes) de todo tipo de géneros que son un dechado de imaginación y creatividad: desde películas de acción a comedias. Y hoy les traemos una muestra: L’Acqua Miracolosa (1914) de Eleuterio Rodolfi.

La premisa es la siguiente: Gigetta es una mujer emparejada con el Caballero Cornelio, un hombre mucho mayor que ella que se lamenta de que no tengan descendencia a quien legar su apellido. Su vecino de arriba es el Doctor Rodolfi, que está enamorado de Gigetta y, además, es el médico de cabecera de Cornelio. Éste le propone entonces un remedio para su problema: que su esposa pase un tiempo en unos manantiales que contienen unas aguas curativas que hacen milagros. Cornelio acepta la idea pero, como no puede acompañar a su esposa, la manda sola. Poco imagina que el Doctor Rodolfi se citará con ella en el balneario para vivir un romance. Pero al final todo va bien porque tiempo después Gigetta queda embarazada y Cornelio se lleva una alegría al saber que esas aguas termales surgieron efecto… aunque no en el sentido que él imagina.

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Las XXIII Jornadas de Cine Mudo de Uncastillo «Ino Alcubierre» 2025

Nos encontrábamos en medio de una terrible ola de calor que había llegado hasta nuestro rincón silente y Cesare ya estaba preparando el bañador y el flotador para ir a la playa, cuando le recordé que teníamos un compromiso esos días: acudir a las XXIII Jornadas de Cine Mudo de Uncastillo «Ino Alcubierre». La idea no pareció convencerle, pero cuando le dije que el tema de este año era «Luces y sombras», que ciertamente es muy del gusto de una criatura expresionista, cambió de parecer y preparó enseguida las maletas para un fin de semana en Uncastillo. La idea de las sombras de hecho se prolongaba más allá de las sesiones cinematográficas, ya que contó con una exposición de Karishma Chugani llamada Cortège, así como un taller de títeres de sombra realizado en compañía de Iris Pérez y David Martínez del Teatro Bobó. Los otros dos grandes temas de esta edición eran el 130º aniversario del nacimiento de Buster Keaton y el 125º de Luis Buñuel. ¿Cómo resistirse?

De hecho fue Keaton quien dio el pistoletazo de salida a las jornadas con el cortometraje Buenas Noches, Enfermera (Good Night, Nurse!, 1918) de Roscoe Arbuckle, que se proyectó en la Residencia Virgen de San Cristóbal con acompañamiento de Jaime Lapeña al violín e Iris Pérez ejerciendo de explicadora. Ha sido todo un detalle por parte de las jornadas que hayan decidido homenajear a Keaton recordando sus inicios en el cine trabajando como secundario para Arbuckle, su gran mentor y uno de los cómicos más importantes de la era muda. Ciertamente, Buenas Noches, Enfermera es una muestra del enorme talento de Arbuckle y de lo mucho que influenció a Keaton. Es una comedia rápida, ingeniosa y que demuestra el talento que tenían para el humor físico tanto él como su «discípulo». Resulta además curioso ver a Keaton antes de llevar a la pantalla su alter ego inexpresivo «carapalo», es decir, actuando de forma expresiva. No parece él salvo por su prodigiosa capacidad para protagonizar caídas y saltos inverosímiles. Con el tiempo, Keaton perfeccionaría su personaje y su forma de actuar ante la cámara.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2024 (IV)

 
Autor: Valerio Greco

10 de octubre – En que se dan cita dos de los más grandes nombres de la comedia cinematográfica y un fox terrier

Sabes que va a ser un buen día en Pordenone cuando empiezas la jornada con un corto en que aparece un fox terrier esquiando y luego tienes una película de Lubitsch que aún no habías visto. Als de Winter Komt es uno de los cortometrajes de autoría desconocida que se proyectaron hoy. Se sospecha que es de 1921 y básicamente tiene como narrador a un fox terrier que explica lo bien que se lo pasa en invierno con su familia y, sobre todo, su dueña Mary. Es un corto encantador, tanto por la belleza de esas imágenes nevadas como, claro está, por su protagonista. Y para los que sean sensibles con la forma como se trata a los animales actores, en este caso nuestro fox terrier se nota que se lo está pasando genuinamente bien brincando por la nieve y caminando con unos zapatitos que le han comprado para que no pase frío en las patas en estas fechas.

El otro corto que vimos hoy sin identificar es una simpática comedia, Las Horas del Asistente, que se sospecha que debe datar de alrededor de 1915 y probablemente provenga de Francia o Italia. Explica todas las tareas que debe llevar a cabo durante un día el ayudante de un oficial, y la gracia está en que va alternando planos de un reloj que marca una hora concreta con la diferente tarea que el pobre hombre tiene que llevar a cabo.

Crédito: Eye Filmmuseum

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2024 (III)

Autor: Valerio Greco

8 de octubre – El Tío Sam visto por Colombia

Algo que me gusta de Pordenone es su absoluta heterogeneidad, el hecho de ser un festival que, dentro de lo que es el cine mudo, pueda incluir cualquier cosa. Tan pronto estamos viendo un filme de Uzbekistán que denuncia la situación de la mujer allá como nos encontramos bajo el mar viendo un documental submarino. Primero tuvimos dos aperitivos: Dans le Sous-Marin (1908), un corto en que varios hombres quedan atrapados en un submarino y mientras mueren recuerdan imágenes de sus hogares, para luego desembocar en un tableau vivant con varias mujeres haciendo aparecer bebés (¿?) y enarbolando un mensaje de paz, y Le Voyage Fantastique de Marius (1912), un corto animado en que un hombrecillo convierte su coche en un submarino. Luego vimos el documental Wonders of the Sea (1922) de J. Ernest Williamson, que tenía como principal aliciente mostrar imágenes del fondo del mar en una época en que no eran tan fáciles de filmar como hoy día.

Es un filme curioso, con varias tomas que captan la belleza de una nadadora sumergiéndose al fondo del mar (incluyendo algunos planos en slow motion para plasmar mejor sus movimientos), un pintor que se dedica a pintar el fondo del mar desde una cámara sumergida bajo el barco en compañía de un niño que sospecho que está de adorno y, finalmente, dos submarinistas paseándose por el fondo marino, cazando una pobre morena y enfrentándose a un temible pulpo que es descaradamente de mentira. En esta cruenta lucha entre el hombre y el pulpo de mentira, les tranquilizará saber que una vez más ganó el ser humano. Pero bromas aparte, es interesante constatar cómo Williamson cree conveniente añadir esta pequeña ficción inventada para dar un poco más de sustancia a un documental que, por si solo, yo creo que ya habría funcionado perfectamente.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2024 (II)

5 de octubre – Segunda oportunidad con Protazanov

Hace diez años, cuando me estrené en Pordenone, el primer día me perdí una película de Yakov Protazanov por un error de novato. Una década después parece que el festival me ha ofrecido una segunda oportunidad programando una película de Protazanov el primer día por la tarde a la que también llegaba justo. Pero esta vez pude verla.

Protazanov es de los pocos directores rusos que hizo la transición de la época prerrevolucionaria a la era soviética, y de ésta al sonoro y el estalinismo. Un superviviente nato. El Cuarenta y Uno (Sorok pervyy, 1927) está ambientada durante la Revolución Soviética en el desierto de Karakum, y explica cómo un pequeño destacamento intenta sobrevivir huyendo del ejército blanco a través del desierto y casi sin víveres. Por el camino capturan a un oficial del Ejército Blanco y se le encomienda la misión de custodiarlo a Mariutka, la mejor tiradora del destacamento. Pero ambos acabarán enamorándose.

Éste es uno de esos filmes que reflejan a la perfección el agobio físico que sienten sus personajes: el calor, el paisaje desolador, el agotamiento… La historia funciona muy bien y solo se le puede achacar que obviamente le falta metraje y eso dificulta juzgarla como merece ya que presenta un ritmo desigual y se nota que faltan escenas. La copia que vimos era una checoslovaca que se supone que es la mejor que hay, pero ojalá se restaure en el futuro combinando todas las versiones existentes. En definitiva, una muy buena versión que está perfectamente a la altura de la famosa de Grigori Chukhrai del 1956, pero más áspera y con un final donde, por una vez, no triunfa el amor… ¡sino la Revolución!

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Bartolomeo Pagano vs Maciste: el actor más popular de Italia fagocitado por su propio personaje

Durante la era muda no hubo ningún actor de cine italiano que pudiera equiparar su popularidad a la del forzudo Bartolomeo Pagano, quien incluso en la crisis de la industria italiana de los 20 se mantuvo como un reclamo seguro para el público. Pagano y, sobre todo, su alter ego Maciste simbolizaron durante años un prototipo de héroe nacional que cautivaba a los pequeños y llenaba de orgullo a los mayores. No obstante su caso resulta especialmente interesante por reflejar una problemática que se daba en las primeras décadas del cine: la confusión que a veces se producía entre un actor y el personaje que interpretaba cuando éste era casi siempre el mismo.

En cierta ocasión la vampiresa Theda Bara comentó que en su momento de mayor popularidad a veces la gente en la calle la rehuía o incluso la insultaba por asociarla a sus personajes de mujer maléfica destrozahogares, y aunque puede que eso fuera una mentira de la propia Bara para seguir cultivando su propio mito, sí que hay algo de verdad. Pagano se hizo tan célebre interpretando al musculoso Maciste que ambas personalidades se acabaron confundiendo, dando lugar incluso a conflictos legales. Les proponemos pues homenajear a Pagano/Maciste con un post en que repasaremos sus orígenes y su carrera para comentar esta difícil dualidad entre actor y personaje.

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Le Giornate del Cinema Muto de Pordenone 2023 (IV)


Imagen: Valerio Greco

12 de octubre – Escalaré la montaña más alta

En ciertos aspectos soy una persona de gustos bastante simples. A mí pónganme una película alemana de montañeros con unos personajes pasmosamente simples, un argumento resumible en un par de frases, bonitos paisajes y esa forma de entender la naturaleza tan intensamente germánica y ya me tienen contento. Arnold Fanck era el director por excelencia de ese género tan peculiar llamado «bergfilm» o filmes de montaña, que gozaron de una enorme popularidad en la era muda. Estas películas constaban de tramas bastante sencillas que servían de excusa para mostrar escenas de escalada y tratar el tema de la relación entre el hombre y la naturaleza. La gracia era que no había trucajes: todo lo que se veía en las películas es real, y por ellos los actores a menudo eran alpinistas profesionales y los rodajes resultaban bastante difíciles.

La Montaña del Destino (Der Berg des Schicksals, 1924) fue la primera película de ficción de Fanck después de haber filmado algunos documentales, y es la que marcaría las pautas a seguir en futuros «bergfilm». El mínimo argumento nos habla de un alpinista obsesionado con ser el primero en llegar a la cima del Guglia en los Alpes y que muere en el intento. Años después su hijo es un experto escalador pero que se niega a intentar hacer ese pico por motivos obvios. No obstante, su novia, también una alpinista nata, se muestra extrañamente insensible y se enfada con él por no atreverse a emprender tamaña aventura tildándole de cobarde. Las circunstancias, no obstante, le obligarán a enfrentarse a su miedo.

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Películas desaparecidas: Il Mostro di Frankenstein (1921) de Eugenio Testa

Aunque la primera versión conocida de Frankenstein es la realizada por James Whale en Hollywood en 1931, como sabrán muchos de mis lectores, ya se hicieron otras en la era muda, aunque solo sobrevive la de 1910 dirigida por J. Searle Dawley que ya se comentó aquí en su día.  La siguiente, Life Without Soul (1915) de Joseph W. Smiley, se considera perdida, de igual forma que la que nos ocupa hoy, que resulta aún más interesante por estar producida en Italia: Il Mostro di Frankenstein (1921) de Eugenio Testa. Son muchos los que han atribuido a este filme el título de ser el primer filme de horror realizado en Italia, un dato bastante significativo dado que el país sería famoso décadas después por su adscripción al género a través del giallo. No obstante, en este caso resulta algo arriesgado otorgarle este mérito cuando ni siquiera podemos ver el filme (eso sin olvidar que en el cine primitivo hay muchos cortos no narrativos que sin duda tienen elementos de horror), y si bien es cierto que el material que adapta es terrorífico, no tenemos forma de saber qué estilo tenía la película. No obstante eso no quita que resulte apasionante fantasear con este primitivo Frankenstein italiano de 1921.

Su principal responsable es el actor Luciano Albertini, un acróbata que se introdujo con éxito en el mundo del cine protagonizando películas que le permitían exhibir sus dotes físicas. Ya vimos algunas muestras de su etapa germana en Pordenone en 2015 destacando Der Unüberwindliche (1928) de Max Obal. Esta adaptación de Mary Shelley sería su última película en su Italia natal, donde había logrado un éxito enorme con una serie de obras en que interpretaba a Sansón. De hecho eran tan populares dichos filmes que en muchos carteles de producciones posteriores no se le anunciaba como «Luciano Albertini»… ¡sino como Sansón!

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Le Due Innamorate di Cretinetti (1911) de André Deed

El delicado asunto de los ménage à trois es algo que daba a hablar desde los inicios de la era muda. Y si no me creen, vean este cortometraje cómico tan divertido, Le Due Innamorate di Cretinetti (1911), que nos puede servir de paso para reivindicar a uno de esos grandes cómicos de los inicios del cine que luego cayó por completo en el olvido: André Deed. De origen francés, Deed tuvo una enorme popularidad internacional antes de la I Guerra Mundial, que le llevaría a dejarse tentar por una oferta de la industria italiana, por entonces una de las más pujantes del mundo a nivel cinematográfico. Allí recalaría en el prestigioso estudio de Turín Itala Film, donde protagonizaría una serie de cortos en que interpretaba a un personaje llamado Cretinetti (en español se le conocía como «Toribio»), muchos de ellos dirigidos ni más ni menos que por Giovanni Pastrone, futuro realizador de Cabiria (1914).

El filme que nos ocupa es uno de esa serie sobre el cual no he podido corroborar con exactitud su paternidad, pero las fuentes que he consultado atribuyen la dirección al propio Deed (que de hecho en esos años pasó a dirigir sus propios filmes). Así mismo, una de las mujeres protagonistas es Valentina Frascaroli, futura mujer de Deed y una de las muchas grandes divas italianas de la época, que como vemos se desenvolvía perfectamente en papeles cómicos. Conociendo ya a sus responsables, pasemos pues al argumento.

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Especial décimo aniversario: las 100 películas mudas favoritas del Dr. Caligari

Continuando con la celebración del décimo aniversario que ya iniciamos la semana pasada, el Doctor Caligari ha decidido ofrecer a sus lectores otro post de índole más personal. Si hace tiempo para conmemorar su quinto aniversario este Doctor listó sus 50 películas mudas favoritas, tenía sentido pues para que para el décimo aniversario compartiera sus 100 películas mudas favoritas.

Dicho listado no es una mera ampliación del que creó hace 50 años, sino una actualización. Eso quiere decir que los 50 primeros filmes de la lista no son necesariamente los mismos ni en exactamente el mismo orden, ya que esta lista se ha elaborado de cero sin tomar la otra como referencia (lo cual no quita que no haya habido grandes cambios significativos entre ambas). A partir de esto, solo dos puntualizaciones:

  • Ésta es una lista de películas favoritas a nivel personal. No pretende ser un listado que represente las obras más importantes o representativas de la era muda, ni que abarque los principales cineastas, movimientos o tendencias de la época.
  • En este caso, a diferencia del anterior listado, no he puesto límite al número de películas que podía haber de un mismo director. Solo una condición: he incluido únicamente largometrajes (es decir, a partir de unos 40 minutos), ya que si incluía cortos se me complicaba demasiado la cosa. Eso ha implicado dejar fuera el cine de los primeros años, espero que sepan disculparme por ello.

Y sin más dilación aquí va la lista, espero que la disfruten y la encuentren entretenida.

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