Y El Mundo Marcha es indudablemente una de las más grandes películas del cine mudo americano. Sólo por este film y El Gran Desfile (1925), el nombre de King Vidor debería estar presente entre los cineastas más destacados de la era silente de Hollywood.
El proyecto surgió a partir de una idea del propio Vidor, quien acababa de tener un éxito inmenso con la ya mencionada El Gran Desfile. Tras ese film, el inquieto director pensó que sería una buena idea desmarcarse de esa gran producción ambientada en la I Guerra Mundial con una película que tuviera un estilo prácticamente opuesto, es decir, una obra más intimista y sencilla. Si El Gran Desfile era la historia emocionante de un combatiente en la guerra, su siguiente película sería en cambio la de una persona normal y corriente a la que no le pasa nada excepcional en la vida. Esto puede parecer superfluo visto hoy día, cuando hemos visto muchos films realistas que han partido de una base similar, pero en una producción de Hollywood de los años 20 era algo innovador.