A Kiss in the Tunnel (1899) de George Albert Smith y sus secuelas

Aquí tenemos por cortesía del British Film Institute un cortometraje inglés de 1899 aparentemente intrascendente pero que en su época se vería como una película bastante picante: un tren pasa por un túnel y un atrevido caballero aprovecha para besar a la pasajera que viaja en su compartimento. No obstante, esta película tiene mucha más miga de lo que parece.

De entrada si nos fijamos en el año nos daremos cuenta de que este pequeño montaje entre escenas era absolutamente innovador. Los cortometrajes de finales del siglo XIX constaban de un solo plano en que se explicaba toda la historia. Aquí hay, aunque sea de forma más rudimentaria, un primer borrador de montaje para contextualizar la escena: un plano del tren entrando del túnel, la escena del beso y la salida del túnel. Tiene toda la pinta de que cogieron el metraje filmado desde el tren e insertaron en medio esta viñeta picante para hacerlo más interesante. No obstante, nótese el poco cuidado que puso el cineasta George Albert Smith a hacer que fuera realista: el plano del compartimento está totalmente iluminado pese a que están en un túnel. En aquel entonces no había todavía preocupación porque el cine recreara con realismo este tipo de escenas, aún era visto como un medio de representación parecido al teatro en el que por tanto se daba por sentado que el escenario es un decorado.

No obstante, A Kiss in the Tunnel (1899) es célebre por dos motivos. Por un lado, en muchas enciclopedias de cine de los orígenes figura por ese montaje rudimentario tan innovador, por el otro en su época fue un enorme éxito por lo atrevido de la premisa, hasta el punto de que otros cineastas repitieron la jugada de forma idéntica (no piensen en plagio, en aquella época el cine funcionaba como los gags en el vodevil, de forma que cuando una idea funcionaba muchos otros cineastas la repetían con ligeros cambios o mejorándola, no podemos hablar aún de derechos de autor).

Otro inglés, James Banforth, prácticamente calcó el original el mismo año con idéntico título:

Aquí el montaje es aún más rudimentario: a nuestros ojos parece que la pareja se abraza desde que el tren entra en el túnel… ¡hasta que sale y llega a la estación!

En cambio, el americano Edwin S. Porter hizo una versión paródica llamada What Happened in the Tunnel (1903):

Aquí no hay montaje pero la historia da un giro humorístico más interesante y la composición del plano es mucho mejor (el vagón es real, los pasajeros están más cercanos a la cámara, el ángulo permite ver sus rostros y, a la vez, la ventana que nos indica que el tren está en marcha)… pero claro, aquí habían pasado cuatro años. Y en los orígenes del cine cuatro años podían marcar mucho la diferencia.

Sin embargo, no perdamos de vista el corto original de George Albert Smith, que en su aparente sencillez era una innovación técnica y narraba una historia que encantó al público de entonces.

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