Hay películas que ya en sus primeras escenas te hacen sospechar que te encuentras ante algo especial. Obviamente no siempre se cumple esa suposición, y a veces sucede que uno queda maravillado por el inicio de un filme pero luego éste pierde su magia. No voy a negar que Love and Duty (Lian ai yu yi wu, 1931) no logra estar a la altura de su maravilloso inicio, pero aun así este magnífico melodrama ha sido uno de los mejores descubrimientos silentes que he hecho en estos meses.
El filme se inicia en Shanghai en un barrio de clase alta donde el joven estudiante Li Tsu Yi sale una mañana más tarde de lo habitual a clase y se cruza casualmente con su vecina de enfrente, una chica de la que se queda prendado llamada Yang Nei Fang. Demasiado tímido para dirigirle la palabra, Tsu Yi coge la costumbre de llegar tarde al instituto solo para coincidir a la misma hora en que Nei Fang sale de su casa. En estas escenas iniciales el director Bu Wancang nos regala los mejores planos del filme, con unos travellings de seguimiento a esos dos personajes que nos permiten ver el juego que se traen entre manos: él duda entre disimular que la sigue cada día y hacer evidente su presencia para darse a conocer, ella finge no verle pero con el tiempo acaba lanzándole miradas cómplices hasta que a raíz de un accidente acaban entablando conversación.






