Queridos lectores, ya me permitirán que en esta ocasión no me dedique a comentar la película como sería lo habitual, sino que la utilice como excusa para hablar de otro tema relacionado con ella. En todo caso, espero que eso no quite que ustedes la visionen y disfruten como merece.
Le tengo un cariño especial a la película que he seleccionado hoy, ya que se trata (o eso pensaba yo) de mi primer contacto con el cine de Géorges Méliès. Era el primer corto que aparecía en una recopilación de películas suyas que llegó a mis manos, y quedé fascinadísimo por esa forma tan mágica y especial de hacer cine que ha convertido al cineasta galo en uno de los directores más queridos por los amantes de la época muda.
No obstante, cuando tiempo después intenté encontrar este cortometraje me fue virtualmente imposible. De entrada descubrí que el título que se le había asignado, Sueños de un Astrónomo, estaba equivocado con este otro film del director, lo cual dificultó mi búsqueda. Pero no obstante, aun sin saber su título, me extrañó no dar con él en ninguna recopilación de la obra de Méliès.