Éste es uno de esos cortometrajes que apenas precisa de explicación porque su impagable premisa lo dice todo: una mujer lleva a su bebé a una incubadora milagrosa («12 meses de crecimiento en una hora», asegura el cartel; por otro lado no se pierdan los otros carteles de fondo que muestran el antes y el después de su uso), pero lo acaba dejando por error más tiempo del indicado… con resultados calamitosos. Uno de esos divertidísimos cortometrajes que muestran lo imaginativo que era el cine de los orígenes.