Éste es con toda probabilidad y por una suma de diferentes factores uno de los mejores rótulos que he visto en una película muda.

Si hace meses ya les hablamos de una película italiana con una premisa irresistible, Filibus (1915) hoy les proponemos un pequeño post dedicado a otra con un argumento igual de atractivo: L’Uomo Meccanico (1921), una película de intriga y ciencia ficción que tiene como mayor aliciente un robot gigante con una fuerza sobrehumana.

Su creador es un científico que muere en manos de una banda de criminales liderada por una mujer (¡otra vez una película italiana con una antagonista femenina!), la cual obviamente quiere utilizar el robot para cometer crímenes. Pero por desgracia, de los 80 minutos que duraba la película solo se han conservado los últimos 26, descubiertos milagrosamente en Brasil .

A cambio, el tramo final de la película es el que contiene probablemente las escenas más impactantes. Podemos ver al robot en plena acción atacando a personas, persiguiendo un coche con unos efectos especiales definitivamente muy entrañables y, lo más bizarro de todo, asistir a un cóctel de la alta sociedad en que por razones obvias se convierte en el alma de la fiesta y hasta bebe champagne (¡!). También podemos ver al gran final climático en que se enfrenta a un segundo robot creado por el hermano del inventor para destruirlo.

En definitiva, no sé qué más detalles necesitan conocer para animarles a echar un vistazo a esta simpática rareza. No es una gran película, pero siempre se agradece encontrarse pequeñas sorpresas de este tipo que se escapan al estándar del cine mudo: