Este post forma parte de un especial dedicado a Harold Lloyd que incluye los siguientes artículos:
- Reivindicando al tercer genio del slapstick.
- El Estudiante Novato (The Freshman, 1925).
- Los «sneak previews» y las escenas que se eliminaron.
- El Pecado de Harold Diddlebock (The Sin of Harold Diddlebock, 1947) de Preston Sturges.
La entrada de Harold Lloyd en el mundo de la comedia fue en cierta manera fruto de las circunstancias. A mediados de los años 10 el actor estaba haciendo pequeños trabajos como extra en Hollywood a la espera como muchos otros de que algún día llegara su gran oportunidad. Fue entonces cuando trabó amistad con otro extra con el que coincidió en varios rodajes, Hal Roach, cuya mayor ambición no era labrarse una carrera en el mundo de la interpretación sino realizar comedias. Dicho y hecho, cuando Roach recibió una herencia decidió emplear el dinero en dirigir unos cortos cómicos que estarían protagonizados por Harold.
El primer personaje que ambos crearon tenía el nombre de Willie Work, que no era más que una copia barata de Chaplin que no gozó de demasiado éxito. La situación no parecía muy prometedora, pero además Lloyd y Roach tuvieron una disputa cuando el primero descubrió que se le estaba pagando menos que al otro actor principal de los cortos que estaban realizando, de modo que rompió con él y fue a buscar suerte a Keystone, el estudio de comedias de Mack Sennett. Allá Lloyd no corrió mucha suerte, ya que Sennett no supo verle su potencial cómico y no pasó de realizar papeles secundarios en películas de estrellas como Roscoe Arbuckle o Ford Sterling (el cual por cierto le recomendó que probara suerte como actor dramático).
En el centro puede verse en primera fila a Bebe Daniels, detrás Lloyd caracterizado de Lonesome Luke y detrás Hal Roach.
Pero entonces Lloyd tuvo su primer ramalazo de suerte: la firma Pathé había visto uno de los cortos de Willie Work, Just Nuts (1915) – el único que se conserva a día de hoy de esta primera etapa – y le había ofrecido un trato ventajoso a Roach si realizaba más cortos con los mismos actores. Éste le propuso a Lloyd volver a trabajar con él a cambio de un mejor sueldo y aceptó. Pese a que de los tres actores principales con los que realizaron la serie de Willie Work solo estaba Lloyd, Pathé aceptaron mantener el trato, pero entonces había que buscar un nuevo personaje. Aquí fue cuando nació Lonesome Luke.
Lonesome Luke era en realidad otra copia de Chaplin, si bien Lloyd intentó alejarse del look del célebre vagabundo para que no resultara tan evidente la copia. Así pues, si Chaplin llevaba pantalones holgados, los de Lonesome Luke eran ridículamente estrechos, y si Charlot llevaba un bigote, Lonesome Luke también, pero de otro estilo. Lo cierto es que el personaje no era especialmente carismático u original pero funcionó magníficamente entre el público, que en aquellos años de Charlot-manía consumían cualquier cortometraje mínimamente parecido a los de Chaplin. De modo que por fin Lloyd consiguió el éxito que tanto ansiaba realizando una serie de cortos de Lonesome Luke de un rollo y luego pasando a dos rollos. Los primeros de estos cortos solían rodarse en una semana por unos 1.500 dólares sin guión, simplemente el director y los actores iban a una localización e improvisaban situaciones a partir de ahí.
En total Lloyd realizaría 67 películas con este personaje entre 1915 y 1917, de las cuales solo se conservan 14, ya que el resto desaparecieron en un desafortunado incendio que tuvo lugar en 1943 en el almacén en que Lloyd guardaba los negativos de todas sus películas. Viendo las pocas películas de Lonesome Luke que circulan por la red resulta comprensible que a Lloyd retrospectivamente no le gustaran. Ciertamente no tienen el encanto de sus películas posteriores y se basan en un humor físico bastante burdo, sin el refinamiento y la capacidad para redondear los gags que caracterizaría sus obras posteriores. A cambio, en estos filmes empezó a trabajar con dos de sus colaboradores por excelencia: la actriz Bebe Daniels y el cómico australiano de inolvidable mostacho Snub Pollard.
Pese a que Lonesome Luke le dio por fin el éxito que tantos años había estado buscando Lloyd acabó sintiéndose descontento de ganarse la vida como imitador de Chaplin. La gota que colmó el vaso fue una proyección de uno de sus cortos de Lonesome Luke en la que, cuando apareció por primera vez en pantalla, escuchó a un niño diciendo a su compañero: «Vaya, es otra vez ese tipo que intenta hacer de Chaplin». Inmediatamente acudió a Roach y le pidió que le dejara abandonar el personaje de Lonesome Luke por uno nuevo. Obviamente ni Roach ni Pathé se lo tomaron muy bien, ya que Lonesome Luke era una apuesta sobre seguro, pero Lloyd estaba determinado a crear un personaje propio que se basara en otro tipo de comedia, y les propuso que le dejaran probar suerte con este nuevo personaje en algunos cortos. Por suerte, éstos accedieron a hacer la prueba y dicho nuevo personaje, caracterizado por las gafas que llevaba, tuvo tanto éxito que Lloyd no tuvo que volver a preocuparse de tener que rescatar de nuevo a Lonesome Luke. De modo que este personaje quedó como una reliquia del pasado previa a la que sería su edad de oro como cómico.
Si desea leer otros artículos escritos por el Doctor Caligari o el Doctor Mabuse sobre Harold Lloyd, eche un vistazo a los siguientes links:
- La magia de un par de gafas.
- El accidente que casi acaba con la carrera de Harold Lloyd.
- El Mimado de la Abuelita [Grandma’s Boy] (1922) de Fred C. Newmeyer.
- La escalada de El Hombre Mosca (1923).
- El Tenorio Tímido [Girl Shy] (1924) de Fred C. Newmeyer y Sam Taylor.
- ¡Ay, Mi Madre! [For Heaven’s Sake] (1926) de Sam Taylor.
- El Hermanito [The Kid Brother] (1927) de Ted Wilde.
- ¡Ay Que Me Caigo! [Feet First] (1930) de Clyde Bruckman.
- Cinemanía [Movie Crazy] (1932) de Clyde Bruckman y Harold Lloyd.
- 50 años de The Parade’s Gone By, el libro que rescató el cine mudo del olvido.
- Cuando Jacques Tati rindió pleitesía a sus maestros.