En los primeros años del cine era frecuente hacer adaptaciones de cuentos y leyendas populares. Esto tenía múltiples ventajas: atraían al público porque conocían la historia y querían verla en imágenes, pero también compensaban algunas limitaciones narrativas. Las películas a menudo no eran autónomas, implicaban un sobreentendido entre el filme y el espectador, que ya sabía de qué iba la cosa y rellenaba los «huecos». Esto no siempre era así, pero sí sucede en el caso que nos ocupa: The Tinderbox (Fyrtøjet, 1907) de Viggo Larsen. Este simpático cortometraje es una adaptación de un popular cuento de Hans Christian Andersen, El Yesquero. Al ser un filme sin rótulos me temo que el espectador necesita conocer previamente el argumento para poder seguir la trama, que es tal como sigue.
Un soldado se cruza con una bruja que le pide que se meta en el hueco de un árbol para conseguirle un yesquero o mechero de yesca. Allí se encuentra con tres perros monstruosos que custodian dicho mechero así como varias bolsas llenas de dinero. El soldado se lleva todo consigo pero cuando le pregunta a la hechicera para qué quiere el mechero, éste se niega a responderle y la mata. El soldado se entrega a la buena vida y entonces descubre que cuando usa el mechero se cumplen sus deseos. Uno de ellos es hacer aparecer junto a él a una bonita princesa, con quien pasa todas las noches. El rey lo descubre y le encarcela y condena a muerte. Pero en prisión el soldado logra que un niño le traiga su mechero y el día de la ejecución lo usa para salvarse.



Espontáneos que observan perplejos la cámara que está filmando un episodio del serial de Fantômas (1913)





